Consejo
Soy vecino del barrio de San Blas desde hace 21 años. Durante ese tiempo he vivido los graves problemas de un barrio obrero con una alta tasa de paro y una elevada delincuencia, agravada desde la llegada de la droga.En los últimos años, la degradación del barrio resulta alarmante: desaparición o disminución de las actividades o centros sociales y culturales; cierre de los tres cines existentes, única fuente de ocio estable con la que contaba; abandono progresivo de parques e - instalaciones deportivas; deterioro, casi ruina, de las viviendas, o mejor dicho infraviviendas (la mayoría no sobrepasa los 40 metros cuadrados habitables).
Al mismo tiempo, la droga es cada vez más visible en las calles. También, la delincuencia que trae la droga (tirones, robos a punta de navaja o jeringuilla, sustracciones de radios o vehículos, asesinatos) han ido en aumento, y la sensación de indefensión y miedo, también, al ver al presunto delincuente por la calle y una muy escasa presencia y actuación policial. Eso sin contar los terribles dramas familiares en los hogares de los drogadictos.
Por todo lo anterior, resulta verdaderamente hiriente leer que el delegado del Gobierno, Núñez Morgades, acuse a los vecinos de "provocar e incitar a la violencia", y que el alcalde de todos los madrileños les aconseje que "no se tomen la justicia por su mano". A ambos dos y a los demás responsables políticos habría que decirles que hablen menos, o con más cuidado, y actúen más o simplemente actúen. Si no es así, pensaremos que la situación de San Blas tiene algo. que ver con ser de los pocos barrios o distritos madrileños que no han votado jamás mayoritariamente al PP.-
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