La rama ortodoxa

Esta semana la rama rockera ortodoxa ha hecho acto de presencia en los escenarios de Madrid, exhibiendo vigencia y buena: salud en estos tiempos de plena confusión. ¿Qué hacer?, que se preguntaría Lenin.Los australianos Navahodads lo tienen clarísimo. Lo suyo es trasponer a las antípodas las emociones musicales del desierto de Nevada -rock and roll, surf rythmn andblues-, empapándolas en cerveza. Presentado en directo su álbum Mumbo Gúmbo y, en la estrechez del recinto, la gente disfrutó de ese ambiente de leyenda americana que desprenden temas como If it's rockin' (Don't Bother Knockin) o la delicada Roses & Wine.

Artemio, el lado más surrealista de los primeros Enemigos, tiene ya su primer elepé grabado,1 El desarrollo de la vida, y aprovecha estos días para tantearlo en pequenos escenarios de la capital. Usando la fórmula countrybilly y de unas letras divertidas y delirantes, Artemio, sacó buen partido a una formación de cuarteto que ataca las canciones como al trote.

Sólo hay que mejorar un pelo la dicción, a fin de que no se pierdan las destemillantes historias que habitan en temas como Es triste pedir o Ultrasur del ajedrez.

Viejas glorias

Para terminar, una reseña del primero de los dos días que los legendarios Dictators han recalado en Madrid, como parte de su gira española. Fueron teloneados por los Electric Playboys, banda en la que militan tres viejas glorias nacionales con empeño renovado: Jimmy Nativo, Willy, ex Ilegales, y Claudio, ex Ruedas.La banda les suena como cañón aunque ya habrá tiempo y espacio para hablar de ellos de forma más extensa cuándo planteen un show más definitivo. Decir, de momento*, que resultan lo suficientemente competitivos como para hacerse un hueco con rapidez.

En cuanto a las estrellas de la noche, el. cantante Dick Manitoba y sus pocos refinados compinches sacudían los cuerpos de los allí presentes a base de volumen atroz y la mezcla de punki del 76 y heavy que ya es marca de la casa.

La audiencia se entregó hasta el delirio a clásicos de la banda como I want you, Minnessota, Scream o Stay with me, aunque también hubo rescate de canciones de otro5, como el Search & Destroy, de Iggy Pop, o el Sonic reducer, de los Dead Boys. Fue una noche con cierto regusto añejo de melancolía punki, si es que eso es posible.