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MÚSICA CORAL

Las voces angelicales de la escolanía de El Escorial entonan su nuevo disco

El canto en latín volvió a escucharse en la basílica del monasterio de San Lorenzo de El Escorial (10.545 habitantes). La escolanía (grupo de niños que se educan en monasterios para el canto religioso) presentó siete fragmentos de su nuevo disco, Panis angélicus (Pan angélico). Un coro de, 35 voces infantiles -de 8 a 16 años templaron las frías paredes monásticas con piezas en latín, inglés y castellano.

"¿Quien ha entrado medio tono más alto?", preguntaba ayer José de Felipe, el director de la escolanía del monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Sus pupilos, que por sus voces de cristal y sus hábitos blancos parecían ángeles, se hacían los remolones. No querían descubrir quién se había ido de tono, desajuste que no apreciaron los pocos afortunados (unas 50 personas) que asistieron a la presentación.Los 35 niños, de los 54 que componen la escolanía, afinaron ayer sus cuerdas vocales para dejar una buena primera impresión de su nuevo disco. La sala de coros de la basílica del monasterio se llenó de música y canto. Un órgano, un arpa, una batuta y 35 voces celestiales fueron los responsables del milagro musical.

"Cantar en latín es muy difícil, porque yo no conocía este idioma tan raro, dijo ayer tras la presentación Pedro Nolasco, de 13 años y que lleva cinco como escolano. A Pedro se le hace difícil combinar sus estudios ordinarios, los de todos los niños, con las tres horas diarias que tiene que emplear para perfeccionar su canto. "He suspendido dos en la última evaluación. Me han queda(lo mates y Lengua, pero las voy a recuperar", dijo ayer. Nolasco estudia octavo de EGB en el colegio Alfonso XII (le San Lorenzo y aprende solfeo, piano y canto durante tres lloras diarias de lunes a viernes.

Lydia Renglón, profesora de piano de la escolanía, comentó ayer que "los niños aprenden más fácil que los mayores. Viven la música. de forma natural y la aprenden sin demasiado esfuerzo". "Las voces de niño son las mejores, las únicas que valen", comentó ayer De Felipe.

Luis Cobos, corresponsable de la producción del disco, vigilaba que todo fuera ayer perfecto durante la presentación musical. "Más alto [el volumen], susurró a los técnicos de sonido. Sus ojos iban de un lado a otro, vigilaban el piano y el movimiento de manos del director. No perdía detalle.

El recital escolano fue intenso pero breve. Los niños interpretaron siete piezas de distinto estilo musical durante media hora. Alegraron y apenaron a los oyentes con subidas y bajadas de voz drásticas. Mantenían tonos casi inaudibles y otros ensordecedores.

Los compositores Mozart, Britten y Borodin prestaron ayer su obra y las voces angelicales se lo agradecieron con una interpretación joven pero magistral.

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