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El Ayuntamiento lleva cuatro años sin gastar en las canchas de barrio

Hacer una jugada de tres puntos se está poniendo cada vez más díficil en las calles de Madrid. La campaña Baloncesto en la calle, con la que a partir de 1990 se diseminaron 500 canastas por toda la geografía urbana, ha quedado al borde del olvido. Caja de Madrid aporté entonces 31 millones para comprar las cestas y mantenerlas tres años. Expirado ese plazo, el Ayuntamiento ha abandonado el programa a su suerte.

Las canastas se instalaron en 157 puntos de la ciudad, tanto en parques (el 50%) como en colegios públicos y en plena calle. El grupo municipal socialista ha seguido la evolución de las pistas desde las distintas juntas de distrito, y sus conclusiones no resultan nada alentadoras: el 60% "se encuentran inservibles", apuntó la concejal Ana Tutor. "La desatención es objetiva y evidente", se quejó, "y ello a pesar de la gran demanda popular, sobre todo en los barrios periféricos",Desde el Instituto Madrileño de Deportes (IMD), en cambio, niegan la mayor. "No sé de dónde se sacan ese dato ni nos constan quejas en ese sentido", rebate un responsable del departamento de Deportes, que prefiere no ser identificado. "Hay canastas rotas, pero se conservan bastante bien". Y agrega: "A partir de 1992 los aros no van atornillados al tablero, sino al bastidor metálico. Por mucho vandalismo que haya, para romperlo hay que hacer auténticamente el cafre".

Ante la disparidad de criterios, este periódico :realizó un pequeño recorrido por diversas canastas madrileñas, escogidas al azar y sin ánimo estadístico. Es fácil encontrar instalaciones descuidadas, aunque todavía sirven. En muy mal estado se encontraban las de la plaza de San Germán (Tetuán), con los tableros descascarillados y, éstos sí, casi inutilizables. Javi, un chaval de 16 años, se conformaba con jugar al fútbol bajo las cestas.Aceptables

Sin embargo, no muy lejos están las cestas de la avenida del General Perón, junto a la calle del Presidente. Carmona, y su estado es muy aceptable. Cerca de 20 jóvenes difrutaban de la cancha. "No es fácil jugar, porque está siempre muy concurrido", corrobora Ángel, de 21 años. "El suelo es algo resbaladizo, pero no hay queja", agrega.

Menos frecuentadas están las canastas de la Dehesa de la Villa, vetustas pero aún aprovechables, junto a la calle de Antonio Machado (Moncloa). "En fines de semana sí que se ven algunos chavalines", explica Jesús, de 25 años, vecino del barrio. "A mí me gusta el baloncesto, pero en estas pistas de tierra no apetece echar unos tiritos".

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El portavoz del IMD admite que no hay estipulada ninguna cantidad concreta para la conservación de estas instalaciones. "Nunca hemos tenido presupuesto", aclara, "sino una campaña que nos financiaron. Y cuando se acabó, se acabó".

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