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Vidal-Quadras se sumó al aluvión de dirigentes

Javier Casqueiro

Los populares encontraron en el Palacio de los Deportes de Madrid un escenario conocido para una sensación diferente a la de hace siete meses. Allí se reunieron el 1 de marzo unas 30.000 personas (15.000 dentro del pabellón y otras 15.000 en una carpa exterior) para festejar un éxito que se daba por descontado para un par de (lías más tarde, aunque luego quedó descafeinado. En el mitin de ayer había unos 10.000 asistentes, muchos de ellos dirigentes, que ya pueden presumir de despacho oficial y chófer. No faltó casi ninguno: la práctica totalidad de los miembros del Ejecutivo y también numerosos dirigentes regionales, entre los que destacó la figura del descabezado presidente del PP catalán, Aleix Vidal-Quadras, que no quiso hacer comentarios.El pasado 1 de marzo, cuando Aznar sólo soñaba con ser presidente, todos bailaron al son de Macarena, la canción de Los del Río que en Estados Unidos se ha convertido en la bandera de las convenciones demócratas. De allí ha importado el Partido Popular el tono del vídeo, al más puro estilo Kennedy, que durante cinco minutos promocionó el hito de Aznar de llevar un partido de derechas hacia "el compromiso del centro" y al Gobierno.

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La actitud precavida de los organizadores del tardío mitin de la victoria de Aznar salvó ayer al partido y a su presidente de un fiasco. Los estrategas del PP querían celebrar este evento antes del verano y en un gran foro. En aquel momento no fue posible. Ahora, cuando pensaron en la plaza de toros de Las Ventas, consultaron con el Instituto Meteorológico Nacional y cambiaron de planes. Ayer amaneció lloviendo en Madrid. Por la tarde se arregló, pero la amenaza canceló muchas reservas de asientos. El Palacio de los Deportes no se llenó. Unas 10.000 personas, recogidas por toda la Comunidad de Madrid y en los múltiples ámbitos de poder del PP en toda España, contornearon sus cuerpos al ritmo del grupo Decadance, heredero de la antigua Década Prodigiosa.

El repertorio de Decadance, compuesto de un popurrí de lo más nostálgico del pop nacional, no prendió en las gradas. El entusiasmo con que cantaron Gloria; Super Supermán; Mami Panchita; Me gustas mucho; El whisky cheli; Juntos o Labios de fresa, sólo enganchó entre los más jóvenes, pocos, pero bien situados para las cámaras de televisión.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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