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Sanz presidirá Navarra con el apoyo de sólo un tercio de los parlamentarios

Miguel Sanz tomó ayer posesión como presidente Gobierno de Navarra. Se cierra así la crisis abierta el pasado 18 de junio tras la dimisión del socialista Javier Otano. El, descubrimiento de la cuenta bancaria suiza de Otano dinamitá el tripartito formado en 1995 entre el PSOE, los centristas de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN) y los nacionalistas vascos de Eusko Alkartasuna (EA) y ha dado paso a un Gobierno de Unión del Pueblo Navarro- (UPN), formación federada con el PP

Con 17 escaños sobre un total de 50, el nuevo Ejecutivo no cuenta con suficiente apoyo parlamentario para gobernar sin, pactos. Ni Otano ni el otro ex presidente del PSOE, Gabriel Urralburu, asistieron a los actos oficiales de relevo en el poder, celebrados en el Palacio de Navarra.La designación de Sanz, cuya candidatura fue abrumadoramente derrotada en cuatro sucesivas votaciones parlamentarias, obedece al mecanismo automático diseñado en el Amejoramiento del Fuero, la ley autonómica navarra, que otorga la presidencia al candidato del partido con más votos en el caso de no haber una alternativa con suficiente apoyo en la Cámara foral.

Consciente de esa circunstancia, Sanz juró ayer su cargo y pronunció un discurso en el que ofreció "diálogo" a las restantes fuerzas políticas y prometió "prudencia" en su acción de gobierno. El nuevo presidente del Gobierno foral, de 44 años, se mostró convencido de que "la responsabilidad política al servicio de los intereses generales de Navarra" de los principales partidos "hará posible un periodo de estabilidad" que haga olvidar a los ciudadanos los escándalos de corrupción de etapas anteriores.

Las palabras de Sanz tenían un destinatario directo, el Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE), cuyo apoyo necesitan los socios navarros del PP para sacar adelante los presupuestos de 1997, primer reto del nuevo Gobierno. "Con un déficit presupuestario estructural Navarra sería económicamente inviable y una Navarra inviable económicamente es una Navarra inviable políticamente como comunidad diferenciada", aseguró Sanz.

Los socialistas, dirigidos ahora por una comisión gestora, deben elegir sus órganos rectores en un congreso extraordinario que se ha retrasado hasta después de Navidad, dada la absoluta división interna de pareceres sobre el Gobierno de la comunidad foral.

,El resultado de ese congreso será esencial- para conocer si el PSN-PSOE practicará una política de pactos con el UPN o planeará la presentación de una moción de censura contra el nuevo Gobierno, idea que han baraja do tanto Izquierda Unida como Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN). Sanz, vicepresidente del partido regionalista y que ya fue en 1991 vicepresidente del Gobierno de UPN que dirigió Juan Cruz Alli antes de separarse para fundar CDN, realizó un discurso generalista en el que reiteró su compromiso con los pactos antiterroristas de Pamplona y Madrid.

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Respecto a las relaciones con las comunidades limítrofes, se limitó a decir que se estrecharán "con toda? las vecinas. No hubo ningún pronunciamiento del nuevo presidente respecto a los escándalos que envuelven a Urralburu y Otano. Por el contrario, emulando las tesis más recientes de José María Aznar, Sanz repitió en varias ocasiones que "no es momento de mirar al pasado", sino de "diseñar escenarios de futuro".

La única persona que aludió a los escándalos que han conducido a la formación de un Gobierno apoyado sólo por 17 escaños sobre 50 fue la presidenta del legislativo, la socialista Lola Eguren, quien manifestó la "firme voluntad" de superar "los errores cometidos" y resaltó que "no debe haber más promesas, sino auténticos propósitos entre la clase política, para desterrar las prácticas de corrupción".

Eguren pidió a Sanz que asuma la responsabilidad general de recuperar la confianza de los ciudadanos y aplique una política de pactos y acuerdos para superar la crisis institucional en Navarra. Los nueve consejeros del Gabinete de Sanz tomarán hoy posesión.

El pacto vasco navarro va para "papel mojado"

"Que no se hagan amenazas y que se cumpla la voluntad del nuevo, Gobierno de Navarra e modificar interpretativamente el articulado del órgano común permanente con Euskadi o, de lo contrario, os encargaremos de que sea papel mojado".Así de tajante se mostró Miguel Sanz tras tomar posesión, al comentar la decisión de la Mesa del Senado de pedir al PP que razone los cambíos que desea introducir en el convenio de colaboración. El nuevo presidente añadió: "Los acuerdos de cooperación los firman los gobiernos y los parlamentos sólo los ratifican. Ese acuerdo lo firmó un Gobierno que ya no existe. UPN quiere colaborar con la comunidad vasca, pero desea que se integre su voluntad en texto".

El ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, que asistió a la toma de osesión de Sanz, dijo "respetar" la decisión de la Mesa del Senado y pidió diálogo a las políticas. "Se prescinde UPN, el partido más votado en Navarra, y creo se deben abrir procesos nuevos de diálogo", declaró.

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