El gasto público subirá en torno al 2%, el proximo año seis decimas menos que el IPC
Las cuentas del Estado para el año que viene están prácticamente concluidas. El profesor José Barea, director de la Oficina Presupuestaria, así lo afirmó ayer al término de su comparecencia en el Congreso de los Diputados, en la que informó de que el Gobierno probará el proyecto de Ley de Presupuestos generales del Estado para 1997 el próximo viernes. Serán unos Presupuestos restrictivos n los que el aumento del gasto público (en torno al 2%) se situará por debajo del índice de precios al consumo (2,61%), la economía crecerá un 3% y el empleo un 2%. El déficit público será el 3% del PIUB. El recorte del gasto será de 800.000 millones de pesetas y los ingresos se incrementarán el 6%, lo mismo que el crecimiento nominal de la economía.Los diputados de la Comisión de Presupuestos intentaron ayer tirar de la lengua al director de la Oficina Presupuestaria y salieron algo defraudados. El profesor, que en un momento de su intervención reconoció haber pecado de "imprudente" en ocasiones anteriores, se ciñó al guión de Maastricht y la estabilidad para defender una estrategia presupuestaria de la que desveló algunas claves en el seno de la Comisión, y otras, en los pasillos. No hubo pues, como algunas de sus señorías esperaban, explicaciones sobre un IPC especial para los pensionistas, ni sobre recortes mayores de gastos, y sí una declaración de fe en el Estado del bienestar, la transparencia en las cuentas públicas y el cumplimiento del plan de convergencia.
Según Barea, eso, más la creación de empleo son los criterios bajo los que se han elaborado los Presupuestos para 1997 después de un año, el actual, "prácticamente perdido para seguir la senda de la convergencia", dijo el profesor. Reiteró que los Presupuestos no supondrán incremento de la presión fiscal, pese a que la reforma del impuesto de sociedades tendrá un coste de 180.000 millones de pesetas, ni recorte del gasto en protección social, que calificó como "el principal activo de la sociedad española". Y puso. como ejemplo de ello el hecho de que el gasto en pensiones subirá entre el 5% y el 5,5%.
Los compromisos
Barea destacó en su intervención la dificultad de recortar el gasto público cuando el 84% del mismo está ya comprometido. Sin embargo, ayer el profesor dio la cifra de aumento del gasto público más baja hasta ahora. Crecerá en torno al 2%, cuando al principio el Gobierno hablaba de un incremento del 2,6%, igual al aumento de los precios.
El ajuste será muy fuerte en algunas partidas como la del sueldo de los funcionarios, que quedará congelado, según confirmó el director de la Oficina Presupuestaria. También reiteró que no se cubrirán las bajas que se produzcan en la Administracion pública. Todo ello, más la reducción del gasto en compras de bienes y servicios en un 10%, dará un recorte del gasto de entre 220.000 y 250.000 millones de pesetas. El profesor informó también de que la inversión pública se reducirá en unos 100.000 millones de pesetas, y las subvenciones a empresas, entre 150.000 y 200.000 millones de pesetas. Días atrás el secretario de Estado del Presupuesto, José Folgado, cuantificó otras partidas del recorte. Según dijo, se producirá un ahorro de 100. 000 millones en desempleo y de 200.000 en gasto financiero. En cuanto a los ingresos, nada nuevo se desveló ayer, aunque en algunos círculos se interpreta que la rabaja del aumento del gasto hasta dejarlo en el entorno del 2% bien puede indicar las dificultades del Gobierno para incrementar los ingresos. De hecho, muchas de sus propuestas han sido abandonadas por impopulares. Uno de los aspectos en los que Barea puso ayer más interés, y sobre el que vertió las críticas más duras a los gobiernos socialistas, fue en el del control del gasto. Frente a la "laxitud" en la aplicación de la ley general presupuestaria de la que acusó a anteriores gobiernos, Barea dijo que el actual Ejecutivo comprometerá ya en los Presupuestos del año que viene una serie de medidas que provocarán la práctica desaparición de los créditos ampliables, que quedarán restringidos prácticamente a la posible necesidad de atender pago de pensiones o de intereses de la deuda. Con el mismo ánimo de control se acompañará un anexo al proyecto de ley en el que se concreta cómo se ha calculado el incremento de gasto en pensiones, por ejemplo. De esta manera, según Barea, el presupuesto será creíble.
Pese a las quejas expresadas ayer por la mayoría de los portavoces de los grupos parlamentarios, -a excepción naturalmente del PP-, el profesor no despejó ayer ninguna de las dudas sobre los globos sonda lanzados desde círculos del Gobierno en los últimos meses, referentes sobre todo a la implantación de tasas "hasta sobre el aire", como dijo ayer un diputado en tono irónico. En los pasillos, Barea dijo que los ingresos crecerán el 6% sobre la previsión de liquidación de 1996, lo mismo que el crecimiento nominal de la economía, y ante la comisión sólo dio a conocer algunas de las medidas antes citadas y las cifras fundamentales del escenario macroeconómico.
La comparecencia, ayer, del profesor Barea en la Comisión de Presupuestos provocó dos rifirrafes, y en ambos estaba Borrell de por medio. El ex ministro de Obras Públicas polemizó tanto con Barea como con López Amor, portavoz del PP. Mientras que con Barea la discusión se centró en términos de imputación de dotaciones, con López Amor la discusión derivó en insultos por ambas partes.
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