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Cocaína de la CIA para pagar a la Contra

Congresistas negros de EE UU acusan a la agencia de espionaje de financiar a la guerrilla nicaragüense con la droga vendida en California

Antonio Caño

El presidente Bill Clinton ha tomado en serio las denuncias de que la CIA vendió masivamente en el pasado cocaína en California con el fin de obtener dinero para la Contra nicaragüense, y ha ordenado una investigación formal al respecto. El asunto ha escandalizado a los diputados negros del Congreso, que acusan ahora al servicio de espionaje norteamericano de haber provocado la escalada de drogas y violencia que destruyó los barrios pobres dé Los Ángeles en la última década."Las consecuencias de esta enorme introducción de cocaína en nuestras calles por agentes de la CIA han sido la miseria, la violencia, la destrucción de familias y la muerte", ha manifestado la congresista demócrata Maxine Waters, cuyo distrito, el famoso South Central de Los Ángeles, es el más afectado por la operación.

El director de la CIA, John Deutch, ha asegurado que la denuncia, que fue originalmente presentada hace un mes en un reportaje del diario San José Mercury News, es falsa. Pero el asesor presidencial para la política antidrogas, Barry McCaffrey, respaldó ayer las quejas de los congresistas negros y dijo que "tiene que haber una completa y profunda investigación hasta que la opinión pública norteamericana esté completamente satisfecha".

Maxine Waters declaró ayer en la televisión que no le cabe ninguna duda de que al menos dos de las redes de venta de drogas dadas a conocer por el diario. californiano "son auténticamente operaciones de la CIA". "La CIA trabajó con ellos y sabía lo que estaban haciendo", aseguró.

Esas dos redes estaban dirigidas por Danilo Blandón y Juan Norwin Nemeses, dos nicaragüenses que actuaban en Estados Unidos en busca de recursos para los grupos armados que luchaban contra el Gobierno sandinista.

Danilo Blandón era el cerebro de la introducción de cocaína en los barrios controlados por dos de las más famosas pandillas callejeras de Los Ángeles, los Bloods y los Crips. Su contacto era un conocido narcotraficante local, Ricky Donell Ross, que era dueño del más importante laboratorio de conversión de cocaína en crack, la droga más consumida por los jóvenes negros.

Sólo en 1981, el año en que fue creada la Contra nicaragüense, Blandón vendió drogas por valor de 54 millones de dólares- (6.858 millones de pesetas). Blandón fue encargado de esa misión por quien entonces era el líder del principal grupo Contra, Fuerza Democrática Nicaragüense, Enrique Bermúdez, un ex oficial del Ejército de Somoza que trabajaba directamente para la CIA.

Norwin Meneses estaba ya registrado en los archivos de la agencia antinarcóticos norteamericana (DEA) como uno de los más activos narcotraficantes en el área de San Francisco cuando fue reclutado para trabajar en operaciones vinculadas a la Contra y a la CIA.

Tanto Blandón como Meneses han sido procesados en el pasado por actividades de narcotráfico. Pero ambos colaboraron con el Departamento de Justicia en las investigaciones y fueron condenados a penas de pocos meses de cárcel.

Después de un año de trabajo con documentos oficiales y cientos de entrevistas, el diario San José Mercury News ha averiguado que la CIA protegió a los dos vendedores de drogas e impartió instrucciones a abogados y jueces de ocultar su relación con los servicios de espionaje y de tratar ambos casos como asuntos de seguridad nacional.

En sus comparecencias ante los tribunales, Blandón reconoció que todos los beneficios de sus actividades en Los Angeles iban a parar a manos de la Contra nicaragüense. A cualquiera que conozca los acontecimientos de aquellos años se le hace imposible pensar que los grupos antisandinistas estuvieran envueltos en operaciones de ese tipo sin conocimiento de la CIA, que los armaba y entrenaba.

Dos activistas de los derechos civiles fueron detenidos ayer en la puerta de la CIA cuando trataban de denunciar estos hechos. Uno de ellos, Dick Gregory, dijo que "las comunidades negras han sido utilizadas por elementos de alto nivel en la CIA para propósitos inconfesables de hacer la guerra con dinero obtenido con la sangre de los niños negros".

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