Folchi reconoce ante el juez que De la Rosa engañó a la autoridad bursátil

La acción de la fiscalía anticorrupción en la querella presentada por Torras contra Javier de la Rosa y otros ex gestores del grupo comienza a echar luz sobre el caso. El abogado barcelonés Juan José Folchi, uno de los querellados, reconoció ayer ante el juez de la Audiencia Nacional, Miguel Moreiras, que la participación de KIO en Torras, entonces dirigida por De la Rosa, era de "aproximadamente un 70%". Un reconocimiento que evidencia el engaño al que durante varios años se sometió a las bolsas españolas, para las cuales la participación del grupo árabe era inferior al 40%, según la información dada por el equipo de De la Rosa.

La mayor parte de la declaración de Folchi ante el juez y el representante de la fiscalía anticorrupción se centró en una operación realizada en 1988. Se trata de la venta de la empresa papelera ICSA al grupo irlandés Smurfit. Como en otras operaciones organizadas por De la Rosa, la venta fue de todo menos transparente.ICSA era propiedad al 100% de Torras y fue vendida el 7 de junio de 1988 a una extraña sociedad gibraltareña llamada Croesus por 4.200 millones. Posteriormente, en noviembre, otra extraña sociedad, Doferas, vendió ICSA al verdadero comprador final, Smurfit, por 11.982,3 millones. ¿Qué pasó con los beneficios de 7.782 millones obtenidos en el pelotazo? Nadie lo sabe, excepto los que lo organizaron, y es lo que ahora intenta averiguar el fiscal anticorrupción. La declaración de Folchi no sirvió para aclarar este punto, pues el abogado se limitó a señalar que, en su opinión, "Croesus era propiedad de KIO, pues era una sociedad que trabajaba para ese grupo, aunque no tenga prueba fehaciente de quién fuera realmente su propietario".

Folchi también fue preguntado acerca de diferentes documentos que fueron obtenidos por las autoridades durante la instrucción del caso Grand Tibidabo por el Juzgado número 1 de Barcelona. Entre estos documentos figura una factura cobrada por la sociedad Hill Side Investment, Ltd., que cobró 162 millones. de pesetas. Folchi afirmó desconocer el motivo de esos pagos, aunque algunas fuentes han relacionado esa sociedad con la azucarera Ebro, propiedad de Torras y presidida por Manuel Gusach, uno de los pocos antiguos gestores del grupo durante la época de De la Rosa no incluido en la querella presentada en la Audiencia Nacional.

Después de Folchi, declaró, en calidad de testigo Elías Hernández Barrera, miembro de la antigua familia propietaria de Arrocerías Herba, adquirida por Torras en 1989 por 18.000 millones. De la Rosa pactó con a familia aparcar durante un año acciones de Torras por 2.000 millones.