Clinton refuerza la máquina bélica ante Irak con 5.000 soldados más en Kuwait
El presidente estadounidense, Bill Clinton, ordenó ayer el envío urgente a Kuwait de 5.000 soldados, que partirán hacia el emirato este fin de semana. "Son parte de nuestro prudente esfuerzo para proteger nuestros intereses en el Golfo", dijo anoche un portavoz del Pentágono. Éstos se suman al creciente despliegue aeronaval en la zona. Los responsables de la seguridad nacional de EE UU daban anoche sus últimos retoques del plan de ataque. Sólo falta por conocer cuándo y cómo se producirá, pero nadie duda de que éste causará un tremendo daño a Sadam Husein.
Los ocho modernos aviones F-117A, casi invisibles a los radares, se encuentran ya en una base e Kuwait. Los bombarderos F-52 están también listos en la isla de Diego García, en el Indico. El portaaviones Enterprise navega hacia aguas del Golfo, a donde llegará hoy o mañana. Un nuevo contingente de aviones F-16 ha sido enviado a Arabia Saudí. Y a ese país debían llegar también anoche 150 soldados norteamericanos con dos baterías de misiles antimisil Patriot, capaces de destruir en el aire cualquier Scud iraquí.Todo indica que la fecha del ataque no sólo depende de que todas esas fuerzas estén coordinadas y perfectamente organizadas para entrar en acción con el mínimo riesgo posible. El viaje de anoche del secretario de Densa de EE UU, William Perry, a Oriente Próximo, podría ser una señal de que la decisión final no es cuestión de horas. Su misión es explicar la situación a los aliados árabes renuentes a la nueva operación. La Liga Árabe expresó ayer sus crííticas.
Un portavoz de la Casa Blanca dijo que el presidente no quería tomar una decisión precipitada. "Quiere construir un consenso. Eso es también muy importante", manifestó esa fuente. El consenso interno parece conseguido. Las únicas críticas a la actuación de Clinton son las de republicanos que piden haber actuado con más energía desde un principio, pero la opinión pública respalda en un 57% la forma en que el presidente está maneando esta crisis. La Bolsa de Nueva York ascendió, indiferente, a niveles históricos.
El consenso internacional es más difícil, pero Washington no parece muy preocupado por eso. El general Colin Powell, el héroe de la anterior guerra contra Irak, dijo ayer que no cree que se haya producido " una fractura irreparable" de la coalición de países que actuó en 1991.
En campaña electoral
Todo, pues, parece pendiente de los detalles de la operación. Los secretarios de Defensa y de Estado, el Consejero Nacional de Seguridad del presidente, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y otros responsables de seguridad se reunieron ayer en la Casa Blanca para perfilar esos detalles. Se espera que Clinton, que regresó a Washington de su gira electoral por el oeste, imparta las órdenes definitivas antes de salir hoy de nuevo en misión electoral.El propósito de este nuevo ataque, según el punto de vista de Washington, parece ser el de causar a Sadam Husein un daño suficiente como para que tarde otros cinco años en recuperarse y volver a representar una amenaza potencial para sus vecinos y para los intereses norteamericanos. Con ese fin, serán atacados los centros neurálgicos de la maquinaria militar iraquí, incluidas comunicaciones y centros de producción. No se descartan bombardeos contra concentraciones de tropas, sobre todo en el norte, donde hace algo más de una semana participaron activamente en la conquista del Kurdistán a través de sus aliados del Partido Democrático del Kursdistán de Masud Barzani. Uno de los argumentos esgrimidos por Washington para justificar un nuevo ataque es el de la protección de los kurdos derrotados de la Unión Patriótica del Kurdistán de Jalal Talabani.
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