Mi entrevista con Aznar
Si supiera que mi petición no quedaría archivada en algún filtro burocrático, pediría una entrevista al señor Aznar para decirle que la amenaza de un desastre medioambiental y social de escala planetaria pende sobre nuestras cabezas.No le diría -porque la política no entiende de sentimientos que esa amenaza nos envía su heraldo, anualmente, en forma de muerte de 40 millones de seres humanos (primeras víctimas del colapso) y de desaparición de bosques -que nos oxigenan- y suelos fértiles -que nos alimentan- en cifras casi astronómicas; ni siquiera le hablaría del crecimiento galopante de la contaminación del aire, de la tierra y de las aguas, ni, por supuesto, del agotamiento de los, ya de por sí escasos, recursos energéticos, minerales, etcétera. ¿Qué sucederá cuando China alcance los niveles de consumo del mundo desarrollado y, tras ella, India y el resto de países parias? No le comentaría nada -aunque el problema ya empiece a afectarnos sobre el crecimiento demográfico insostenible (ligado a la miseria) de las poblaciones más pobres del planeta que, una vez arrasados o expoliados sus decrecientes recursos, y por necesidad de subsistencia, buscarán prolongar su agonía en el Norte, opulento e insolidario.No le diría nada de todo eso por el simple hecho de que ya ha sido dicho por otros con una autoridad y solvencia fuera de toda duda, como, por ejemplo, los 1.500 científicos de todo el mundo (entre ellos 99 premios Nobel en Ciencias y Economía) que, en 1992, hicieron su "advertencia a la humanidad".
Sólo le diría: iO,7% y desarrollo sostenible, ya! Y, además, le pediría que él repitiese lo mismo ante sus colegas de todo el mundo, tal y como ya ha empezado a hacer -en parte- el presidente de Francia, Chirac, ante el G-7.- .
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