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Kohl critica a los sindicatos pero les ofrece diálogo

El canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl (CDU), criticó ayer a los sindicatos, durante su intervención en Bonn en el debate sobre el presupuesto para 1997, por su oposición al paquete de recortes sociales, pero al mismo tiempo les ofreció la posibilidad de mantener el diálogo. Dijo Kohl en su intervención, en defensa del paquete de recortes, que "los cambios dramáticos en la economía mundial exigen consecuencias en la economía alemana".El canciller se mostró convencido de que la mayoría gubernamental conseguirá mañana aprobar de forma definitiva el paquete de recortes sociales que el Gobierno llama programa de crecimiento y creación de empleo. El debate del presupuesto constituye en Alemania la ocasión para que la oposición se luzca en el Parlamento y lance un duro ataque al Gobierno.

Ayer, en Bonn, lo hizo el portavoz del partido ecopacifista Los Verdes, Joschka Fischer, quien en un brillante discurso repasó las faltas y carencias del Gobierno de centroderecha, entre democristianos (CDU / CSU) y liberales (FDP), e incluso se permitió el recochineo de llamar "tío Theo" al ministro de Hacienda, Theo Waigel (CSU). Todo lo contrario del flojo espectáculo que ofrecieron los socialdemócratas (SPD) con su presidente, Oskar Lafontaine, y el jefe del grupo parlamentario, Rudolf Scharping.

Tuvo Scharping la infeliz ocurrencia de afirmar que en México se protege más a las familias trabajadoras que en Alemania, porque sólo les cobran el 15% de impuestos. Ni a Fernando VII se las ponían mejor. KoHl arremetió contra Scharping y sacó a relucir que un trabajador mexicano gana 5.500 marcos al año (menos de medio millón de pesetas) y uno alemán 41.000 marcos (3,5 millones de pesetas). Remató la faena el jefe del grupo parlamentario democristiano Wolfgagn Schäuble cuando dijo que con los ingresos de un trabajador mexicano no le deduciría nada el fisco en Alemania, porque se encuentran por debajo del mínimo vital.

Mantener la competitividad

Sin necesidad de elevar la voz, Kohl dijo que parecía que el Gobierno y la oposición hablasen de dos países diferentes y acusó al SPD de vivir anclado en "viejas teorías de la pauperización". En relación con los sindicatos, Kohl se burló de que cada vez antes de una elección federal recomiendan no votarle y él después siempre gana. Recomendó Kohl a socialdemócratas y sindicalistas que se empapen del país real y vean cómo en muchas empresas se cierran convenios particulares, según la situación concreta.Para Kohl, "con banderas rojas y griterío en las calles no se soluciona el problema del paro". Para defender el programa de reducción de costes no salariales, Kohl argumentó con el ejemplo de un trabajador de imprenta, que cuesta por hora 51 marcos (4.335 pesetas) en Alemania, 25 marcos (2.125 pesetas) en el Reino Unido y nueve marcos (765 pesetas) en Hungría. "No podemos bajar los salarios, pero tenemos que hacer algo" para mantener la competitividad, dijo Helmut Kohl.

El presidente del SPD dijo que la estabilidad es importante, pero si no va acompañada del empleo, no sirve de nada y puede provocar rechazo en Europa. Criticó Lafontaine que Alemania esté sola en la Unión Europea con la posición de que "la política de empleo la hacemos en casa" y se pronunció a favor de un impulso para el empleo en Europa. Además, según Lafontaine, sin armonizar los impuestos no se puede construir la unión monetaria europea.

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