Los kurdos aliados de Sadam conquistan el último bastión de la facción proiraní en el norte de Irak
La ciudad de Suleimaniya -casi un millón habitantes oficiales- cayó ayer en poder la guerrilla kurda apoyada por Irak, el partido Democrático del Kurdistán (PDK), de Masud Barzani. La Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), de Jalal Talabani, aliada de Irán y de EE UU, ha perdido en 10 días el control del Kurdistán iraquí. Miles de fieles de este caudillo kurdo huyen hacia Irán. El éxito de Barzani, apoyado por el Ejército de Bagdad, supone una victoria política de Sadam, quien recupera el control de parte del norte de su país cinco años después de su derrota en la guerra del Golfo.
Los dos bombardeos norteamerícanos con misiles de crucero contra Irak la semana pasada, tras participar su Ejército de forma abierta en la conquista de Arbil, la capital del Kurdistán iraquí, no han servido para frenar a Sadam Husein. Esta vez, sus carros de combate no entraron en Suleimaniya, pero su artillería ha servido de apoyo decisivo para las conquistas de Barzani. Las palabras del secretario de Defensa estadounidense, William Perry -"no intervendremos en la guerra civil kurda"- fueron refrendadas ayer por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.Las fuerzas de Barzani tomaron Suleimaniya, situada al sur del Paralelo 36, hecho confirmado por las Naciones Unidas. Es decir, fuera de la zona de seguridad impuesta unilateralmente en 1991 a Bagdad por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido. Los antiguos aliados de la guerra del Golfo no tenían ayer base jurídica para intervenir por la caída de Suleimaniya, aunque lo podrían haber hecho antes, pues la ofensiva principal del PDK procedía del norte, de Koi Sanjak, más allá de la zona de exclusión.
La gente dé la ciudad se echó a la calle para recibir con flores a los guerrilleros de Barzani. No todos optaron por vitorear a los conquistadores. Las derrotadas fuerzas de Talabani trataban anoche de alcanzar la frontera con Irán para evitar la revancha de los enemigos del PDK. Según la ONU, 8.000 combatientes y civiles kurdos emprendieron la fuga hacia el este, con la esperanza de que Teherán, su mentor político y económico, les brinde asilo.
Los hombres de Talabani habían abandonado horas antes sus posiciones defensivas. La conquista de Koi Sanjak en la pasada madrugada y de la estratégica presa de Degala, cuyo centro hidroeléctrico da luz a Arbíl y Suleimaniya, les desmoralizó por completo. El PDK aseguró anoche que con la victoria de Sulimaniya sus fuerzas controlan la totalidad del Kurdistán iraquí.
La situación es particularmente crítica para cerca de 200 opositores iraquíes miembros del llamado Congreso Nacional Iraquí (CNI) y supuestamente vinculados a planes de la CIA para derrocar a Sadam Husein. Sus vidas corren peligro tanto en Irán como en Bagdad. El CNI denunció el domingo que otros 100 de sus simpatizantes habían sido capturados y ejecutados por las fuerzas iraquíes. En un primer síntoma de preocupación norteamericana, Clinton declaró ayer en Washington: "Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para ayudar a todo aquel que tenga que salir de Irak".
La plana mayor de la UPK ya ha emprendido la fuga, pero Talabani permanecía, al menos hasta ayer, en su puesto en Suleimaniya. Desde allí lanzó un llamamiento para que Estados Unidos acuda al rescate de la UPK, pero ya está resignado al abandono. "Estados Unidos no está dispuesto a impedir una invasión [de la UPK], lo que constituye una especie de apoyo indirecto a Sadam", declaró con amargura a un grupo de periodistas. Talabani también vaticinó que, una vez que concluyan los combates, Barzani "se va a arrepentir de su alianza con Bagdad". Talabani arremetió también contra Turquía, a la que considera aliada de Irak. Su última esperanza era que Ankara se decidiera a ocupar el norte del Kurdistán y duplicara el frente abierto por Sadam.
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