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Conde extiende al País Vasco sus negocios con el empresario aragonés Luis Oliver

Mario Conde, la mayoría de cuyos bienes se encuentran embargados por orden judicial, ha podido invertir en tres empresas dedicadas a la gestión inmobiliaria y la construcción de viviendas de protección oficial para lavar su imagen. El ex presidente de Banesto se halla en libertad bajo fianza de 2.000 millones acusado de estafa, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil. Los negocios iniciados en Aragón junto a Luis Oliver (véase EL PAÍS de 28 de abril de 1996) se han extendido por otras zonas."Estaba muy ilusionado y una de las cosas que le gustaba de todo el proyecto es que aquí iba a lavar su imagen, o sea, que dejaba de ser un especulador y pasaba a ser un industrial que iba a hacer un tipo de viviendas para el pueblo porque la idea era hacer exclusivamente viviendas de protección oficial", aseguró ayer a la Cadena SER Adolfo García Eguizábal, antiguo socio de Conde en ese proyecto, del que se descolgó por "el follón que había entre los socios".

"El me dijo", aseguró García Eguizábal en referencia a Conde, "que su idea era decir, dentro de cuatro o cinco años: 'He hecho 30.000 viviendas sociales, que eso siempre es un caché de imagen benefactora o paternalista"'.

A pesar de la insolvencia que ha declarado ante el juez, Conde es propietario de entre un 25% y un 40% de la sociedad Corporación Financiera Celtiberia. Esta, radicada en Madrid, es el holding de tres sociedades establecidas en Aragón, Cataluña y el País Vasco y dedicadas a la gestión inmobiliaria y a la construcción de viviendas de protección oficial.

García Eguizábal participaba con Conde en una de ellas, la sociedad Construcciones Industrializadas del Norte, empresa constituida en Llodio (Álava) para la construcción de viviendas fabricadas por módulos. El proyecto, según explicó el ex socio de Conde, se ha paralizado debido a que las patentes norteamericanas de prefabricados no han, logrado su homologación en España. Las otras dos son Modular Building, de Zaragoza, dedicada a la gestión inmobiliaria, y Sevite Logística y Servicios, de Tarragona, que se dedica al mantenimiento de edificios.

El capital de las tres empresas asciende a 600 millones, según García Eguizábal, sus acciones no son nominativas, sino al portador. Eso explica que el nombre de Conde no figure en la documentación. Oliver, que tiene empresas de seguridad, actuó de anfitrión del ex banquero en tierras aragonesas, en concreto en la localidad oscense de Gurrea de Gállego.

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