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Tribuna:HOGUERAS DE AGOSTO
Tribuna
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La hora final

¿Me he refinado, o me he agilipollado? Lo digo porque, momentos antes de entonar este canto del cisne final, esta última crónica que pasaré contigo, lo único que me preocupa del inminente nuevo curso es qué se van a poner las ministras en otoño. Quiero decir que recuento mentalmente mi guardarropa, mientras hago las maletas, y me. pregunto: ¿se llevará este año el macfarlaine a lo Sherlock Holmes, en la cúspide de Justicia? ¿Volverá a reinar Venezuela Cañí en Medio Ambiente? ¿Se impondrá en Agricultura el hábito tipo Lanza del Vasto o Los Traperos de Emaús? ¿Gozarernos del placer de poder elegir, en las nuevas colecciones, de diversos modelos de cilicio exterior para adaptarlos a las medidas del busto? Creo que podría soportarlo todo, a condición de que volvieran a estar de actualidad los sujetadores con pinchos que hicieron de Juana de Arco y de Ricardo Corazón de León mujeres temibles.Algo cursi si que me debo haber vuelto, porque fijense que esta mañana me despertó el vuelo de una mosca y, automáticamente, mi mano, en vez decirse al fumigador que las mata bien muertas, agarró el Chanel 19, y la mandé un chorro de eau de perfum que la dejó, si no difunta, al menos muy dispuesta para asistir a una conferencia del Club Siglo XXI y codearse con Paloma Segrelles y otras damas de trazo grueso en ceja, tan de moda ahora como en los tiempos en que Carrero Blanco y Breznev -si no fueron simultáneos, merecieron serlo- sembraban el pánico. En esta tesitura estúpida me movía, sin duda, cuando escuché el poético discurso de nuestro suprapresidente. Clinton, que emitió al éter con la garganta alterada por la emoción: "Que todos y cada uno de nuestros hijos sientan el placer de recibir su primer cheque y el reto de abrir su primer negocio", ha rogado, en un desatado plan Capra-Caprone. A mí, que antes de refinarme me gustaba Walt Whitman, me ha parecido un hallazgo lírico.

Un hallazgo práctico es el que el Gobierno tiene en mente para reducir el desempleo a niveles europeos, colocando a los parados en servicios a la comunidad como la vigilancia noctuma, como ya están algunos; luego vendrán los vigilantes de la playa, los vigilantes de los vigilantes, los vigilantes de los que no paguen en las farmacias el suplemento por medicamento y, finalmente, el Somatén, que es a donde querrían llegar lo antes posible, y eso solucionaría del todo el paro. Menos mal que tampoco tendremos oposición. Me da en la nariz que Felipe González, que fue capaz de venirse a Mallorca con una provisión de lubinas congeladas ad quiridas a Isla Sur, S.A., se va a pasear por el hemiciclo con de masiados pescados pudentes como para abrir boca, con lo cual mejor se dedica a dar con ferencias en el extranjero, si guiendo el bien pagado ejemplo de Kissinger, Bush y Thatcher (Reagan también quería, pero sé le olvidó), aunque ello signifique dejar solo a Ciscar con los acordes de su guitarra, o a Serra -cuyo veraneo habitual en Deià no parece haber aireado sus luces ni sus sombras- en el repertorio gestual/ticonográfico.

Por todo lo cual, en el fondo tengo razón al centrarme en la moda. ¿No sería mejor realizar una oposición, digamos, pret-à-porter? Colores fríos contra los presumibles colores fuertes que traerán -los cuatro del parchís, más reminiscencias otoñales del pistacho-, telas mórbidas contra la predecible rigidez del pliegue o el traje de chaqueta embuchado, pelos de pincho atroz para compensar las femeninas melenas en su versión leonada, que, pese a todo, serán un descanso, porque taparán algunas frentes de aspecto cerril que han quedado brutalmente al descubierto con los oropesanos repeinados al agua.

En la sección complementos, les recomiendo el bazooka, desplegable, guarnición que, junto con la cosmética, no debe faltar en el bolso de ninguna mujer, porque el espíritu de Covadonga puede asaltarnos en cualquier recodo, con su artillería de escapularios. Ello puede resultamos de suma utilidad en momentos de apuro, así como el pañuelo Hermès de seda natural que utilizaremos para tapar bocas en situaciones de acoso verbal.

Total, que esto se acabó y vuelvo fina de cojones.

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