Los secesionistas corsos intensifican su campaña contra Francia
"¿Si nos interesa la independencia? Depende de cuánto nos paguen". Así de clara y poco romántica se manifestaba François Santoni, líder de la Cuncolta, rama legal de los nacional-terroristas corsos del FLNC (canal histórico). El precio pagado por el Gobierno debió parecerle poco pues, desde hace 15 días, entre dos y tres bombas diarias estallan de nuevo en la isla. "Nuestra lucha sabrá estar a la altura de la represión. En la actitud de Alain Juppé [primer ministro francés] se trasluce su racismo contra el pueblo corso. Damos por acabada la tregua de paz", declaró el propio Santoni al semanario nacionalista U Riubombu.
La nueva oleada de atentados escoge como objetivos los símbolos del poder central o los bienes de personas consideradas demasiado conciliadoras para con éste. La respuesta gubernamental se resume a "restablecer el orden público y potenciar el estatuto de zona franca", o lo que es lo mismo, a realizar una serie de detenciones y establecer una serie de ventajas fiscales para los habitantes de la isla.
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