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Francia ha expulsado esta semana a 84 ilegales africanos

Hasta el momento, sólo siete de los 300 africanos que se encerraron en la iglesia de Saint Bernard han sido devueltos a su país de origen, la República de Mali, pero eso no significa que el Gobierno francés haya aminorado el ritmo de sus expulsiones. Se calcula que cada semana parten hacia el Africa negra o magrebí entre uno y dos aviones parcialmente ocupados por inmigrados ilegales. En la actualidad, esos transportes se hacen en aviones militares, mientras que semanas atrás se hacían en transportes comerciales. En la que ahora finaliza son 84 las personas que han sido enviadas a Mali, Zaire, Túnez o Senegal, con algún que otro desembarco equivocado incluido y con numerosas denuncias de los abogados, que acusan al poder de muchas irregularidades. Según el ministro del Interior, esas expulsiones aéreas apenas significan un 10% de las realizadas por el Gobierno, ya que en la mayoría de los casos "las personas regresan por sus propios medios cuando reciben la orden de expulsión".El tema de la emigración ha unido a la izquierda a partir de un humanitarismo mínimo, al mismo tiempo que dividía a la derecha. Algunas voces del Gobierno han hablado de la necesidad de "actualizar" las llamadas leyes Pasqua, pero otros diputados de la mayoría solicitan un referéndum sobre la cuestión, al tiempo que la extrema derecha aprovecha la oportunidad para lanzar sus mensajes xenófobos y racistas, ahora camuflados en "el derecho de cada cual a vivir en su país" y la idea de "Francia para los franceses".

Detenidos en Portugal

Por otra parte, las autoridades portuguesas han detectado la entrada en el país de numerosos inmigrantes clandestinos procedentes de Francia y España que pretenden legalizar su situación aprovechándose de un proceso extraordinario abierto hasta finales de este año para regularizar residencias en Portugal, informa Javier García.Durante una operación rutinaria llevada a cabo en la Baixa lisboeta, oficiales de la División de Investigación y del Servicio de Extranjeros y Fronteras detuvieron a cerca de un centenar de extranjeros en situación ilegal, de los cuales una parte procedía de Francia y España. Los oficiales portugueses encargados del caso se han puesto en contacto con las autoridades de esos dos países para que sean readmitidos por donde entraron clandestinamente. Los restantes serán expulsados a sus países de origen, de acuerdo con el contenido de los acuerdos de Schengen y con la autorización final de las autoridades judiciales.

El coordinador del programa de regularización de residencias, Manuel Jarmela Palos, reconoce que las autoridades portuguesas ya han previsto conflictos de este tipo, puesto que "es normal la tentación de numerosos inmigrantes ilegales para tratar de regularizar su situación" en la Unión Europea.

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