35 pasajeros paran un autobús público porque el chófer iba ebrio
Anastasio, el chófer, picó primero los billetes no una, sino tres veces; al salir, casi chocó contra un muro y, al rato, tras unos cuantos volantazos, invadió dos carriles de la carretera de Valencia. Entonces, los 35 pasajeros del autobús ya no tuvieron ninguna duda: Anastasio, su chófer, había bebido. Los viajeros del autocar de la Empresa Nacional de Transportes por Carretera (Enatcar) que cubría el trayecto Madrid-Alicante-Benidorm detuvieron en la madrugada de ayer el vehículo al comprobar que su conductor, Anastasio V. S., de 41 años, iba ebrio.El motín se desencadenó cuando el vehículo aún se encontraba en la capital y apenas habían pasado 30 minutos desde la salida. La posterior prueba de alcoholemia, según dos fuentes cercanas al caso, certificó que el chófer tenía una tasa de 0,8 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, una cantidad cinco veces superior a lo permitido para conductores de autobús -0,15- y equivalente al consumo de dos botellas de vino o seis copas de whisky.
"Antes de la salida del coche ya nos dimos cuenta de que el conductor estaba muy colorado, con aspecto de haber bebido; hacía y decía cosas raras. A mí me intentó picar el billete dos veces. Luego tuvo que repetir tres veces la maniobra para salir de la estación", contó a EL PAÍS la pasajera Ana María Moureno Vázquez, de 30 años.
"Yo no bebí. Es todo una exageración. Sólo me tomé un café con hielo y una pastilla para las muelas. Antes me había comido una ensalada con mucho escabeche. Como también fumé, me sentó mal la pastilla y se me subió el calor de después de cenar y me entraron sudores fríos, eso fue lo que vieron los pasajeros", afirmó el conductor.
La conducción de un transporte público bajo los efectos del alcohol está considerada en el nuevo Código Penal como un delito contra la seguridad del tráfico e implica una pena de arresto de 8 a 12 fines de semana o multa de hasta 12 millones de pesetas, además de la retirada del carné de conducir durante un año como poco. Si concurre temeridad -hizo maniobras peligrosas, según indicó la Policía Municipal-, la condena se sitúa entre seis meses y dos años de cárcel.
Una pasajera simuló un ataque de diabetes para frenar el autobús
Nada más pisar tierra, un pasajero avisó con su teléfono móvil a la Policía Municipal. Cuando los agentes llegaron al lugar, advirtieron en el habla del chófer "síntomas de ebriedad". El hombre fue sometido dos veces a la prueba de alcoholemia: en una dio 0,6 y en otra 0,8 milígramos por litro de aire espirado. Luego, los agentes le trasladaron a la central de atestados de la calle del Plomo, donde se le tomó declaración. Tras una hora y media, se marchó a casa. Entretanto, la empresa mandó un conductor de repuesto al autobús. El viaje se reemprendió con dos horas de retraso.Pese a lo sucedido, el conductor se mostraba ayer tranquilo. Ésta fue parte de la conversación telefónica que mantuvo con este periódico.
-La Policía Municipal sostiene que usted había realizado maniobras peligrosas.
-Ni maniobra brusca ni nada. Al pasar el Abroñigal [la estación de contenedores de Renfe], lo único que hice, por los otros coches y el viento, fue pasarme de un carril a otro y, claro, la Policía Municipal me paró.
-¿Pero no fueron los pasajeros quienes le pidieron que parase?
-Eso es falso.
-Pues lo dice la policía.
-Bueno, sí me lo pidieron ellos, y yo educadamente paré e incluso abrí la puerta del equipaje.
-¿Bebió?
-Que no, que me hizo efecto el café con la pastilla para el dolor de muelas. Hasta la policía estaba asombrada.
-¿Y de qué pastilla se trata?
-Pues no sé...
-¿Me puede decir la marca?
-Ahora no la sé.
-¿Y cómo es que dio 0' 8 en la prueba de alcoholemia?
-Pues porque fumé, y como se juntó con lo otro, pues dio alcoholemia.
Comisiones Obreras insinuó ayer que el conductor había trabajado más horas de lo permitido. La empresa negó este extremo. "Antes del trayecto a Alicante había efectuado un viaje La Gineta (Albacete), que terminó a las cinco y media de la madrugada anterior", indicó el responsable de Enatcar Jesús Galán, quien calificó de "insólito," lo ocurrido: "Tenemos 200 autobuses y nunca hemos tenido un caso de alcoholemia". La Policía Municipal controló después 15 vehículos de la misma empresa, sin que ningún chófer diese pósitivo.
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