Un incendio arrasa una fábrica de Humosa el día de la 'romería del fuego'

Una fábrica de Santos de la Humosa (949 habitantes) quedó ayer prácticamente reducida a ceniza tras declararse en ella un incendio poco antes de las doce de la mañana. El siniestro pudo ser divisado a gran distancia porque las llamas alcanzaron dimensiones muy considerables. Curiosamente, este pueblo celebró anoche su ancestral romería del fuego, que consiste en quemar abundantes rastrojos al paso de los fieles y la patrona.

La empresa afectada, de nombre Panificadora Virgen de Santos de la Humosa, se dedicaba a la comercialización de pan rallado y piensos. No hubo daños personales, pero los materiales pueden rondar los 40 millones de pesetas. La nave, de 700 metros cuadrados de su perficie y dos alturas, fue devorada por las llamas en cuestión de minutos. Siete dotaciones de bomberos de la Comunidad y dos helicópteros tuvieron que intervenir en el lugar. El fuego no pudo ser extinguido hasta cuatro horas después.Ningún trabajador de la firma se encontraba en las instalaciones en el momento del terrible fuego. El propietario de la panificadora, Gerardo Pareja, suscribió poco después la tesis del cortocircuito, informa Efe.Fuego en la ermitaPero ayer el fuego no terminó en la fábrica. A pocos metros de la panificadora, la romería de la Virgen de la Humosa, patrona de Los Santos, concentraba a más de mil fieles. Cada último domingo de agosto los romeros suben hasta la ermita entre el humo de las hogueras que, generación tras generación, prenden los más jóvenes a ambos lados de la carretera.La tradición cuenta que la imagen de la patrona fue encontrada por unos pastores tras una columna de humo. Desde entonces las llamas acompañan su ascensión desde la ermita hasta seis kilómetros de cerros más arriba. Este año, como el anterior, el alcalde, Daniel Meco, envió una circular a los vecinos pidiéndoles que prendiesen sólo las balas de paja distribuidas por el Ayuntamiento á ambos lados de la carretera. El millar de participantes en la procesión respetó las normas y los dos camiones de bomberos que vinieron desde Alcalá de Henares sólo tuvieron que hacer frente a la rutina de apagar los rescoldos. Ya habían tenido suficiente.