¡Dichoso transporte!

EMT, línea 27. 7.50 horas, parada de Atocha. Desde hace cuatro o cinco días (¿vacaciones escolares y disminución del servicio?) los autobuses, que en los últimos meses habían conseguido una frecuencia encomiable de unos dos minutos, vienen tardando más de diez. Cuesta creer que la causa sea la instalación del sistema electrónico de señalización de paradas y comunicación. Autobuses que medio llenos no paran y vacíos por completo pasan de largo.Ya sabemos que la adaptación del sistema la pagaremos "los usuarios concienciados" con nuestros retrasos en el trabajo o los madrugones. Esperemos que esto no dure todo el verano.Hoy hemos asistido a una pasada en paralelo: por el carril-bus un autobús vacío que para y no para, y otro medio lleno que le rebasa por la izquierda. El primero para unos quince metros más allá de la parada..., carrerita por el césped, subida a toda velocidad por la puerta trasera... Parece que el sistema electrónico le ordenaba no detenerse...

Parada siguiente: suben dos inspectores. ¡Qué bien, les preguntaré por las anomalías! En este momento una de las "clientas habituales" del servicio, ¡horrorl, se da cuenta de que no ha picado el bono. por las circunstancias antes relatadas, y el inspector le impide picar, pidiendo que se identifique para dar parte a la compañía."

Los demás viajeros le intentamos razonar que la señorita no ha intentado colarse, que tenía el bono-bus en la mano, que es "picadora habitual"... Imposible razonar.

¿Los inspectores de la EMT sólo tienen funciones sancionadoras, o bien podrían informar y ser capacitados para recibir quejas? Los usuarios podemos llegar a ser comprensivos con las molestias que acarrean los nuevos sistemas. ¿Por qué no lo son algunos trabajadores de la EMT ante una situación razonada? Todos somos humanos... La señorita se despistó y el inspector podría haber sido más comprensivo, y el servicio debería mejorar y no ir a peor.-