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Deporte de alto nivel

Los CAR españoles fueron utilizados por múltiples 'medallistas' olímpicos para ultimar su preparación

Los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 no sólo dejaron 22 medallas al deporte español. Su pusieron una auténtica explosión que permitió mejorar de forma sustancial no sólo las infraestructuras deportivas de la ciudad de Barcelona y sus alrededores, sino también el organigrama global de todo el país. La creación de los Centros de: Alto Rendimiento (CAR) y de los Centros de Tecnificación específica no sólo fueron el soporte logístico necesario para alcanzar la élite, sino que están causando sensación y envidia a escala internacional y son utilizados por múltiples selecciones de otros países.A un recién llegado puede parecerle inverosímil que España haya dado un salto tan espectacular en el contexto deportivo mundial. ¿Cómo es posible, que de las 4 medallas olímpicas logradas en Seúl en 1988, se haya pasado a estabilizar una cifra oscilante entre las 17 de Atlanta y las 22 de Barcelona? Sin embargo, hay una explicación. La concesión de los Juegos a Barcelona logró unificar esfuerzos privados y públicos en pro del deporte. Y aquella unión fue la base fundamental de los éxitos actuales.

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Un contrato de 60 millones

Ahora España tiene tres Centros de Alto Rendimiento que albergan deportistas de todas las modalidades y que poseen los últimos avances tecnológicos. Y, además, otros 16 centros de tecnificación específicos para deportes concretos están repartidos por todo el territorio nacional. Es una oferta impresionante que permite a los deportistas españoles culminar su preparación sin necesidad de viajar al extranjero. "Esto supone un ahorro muy importante de recursos que pueden reinvertirse en nuestro propio deporte", explica Eduardo Ayuso, subdirector general de planificación tecnicodeportiva del Consejo Superior de Deportes (CSD).

Entre los mejores

El CAR de Sant Cugat, en funcionamiento desde 1987, destaca por su concepción global (residencia, instituto medio e instalaciones) y mantiene una elevada especialización en estudios biomecánicos y de investigación y en cuestiones dietéticas. Pero tanto allí como en el CAR de Madrid o el de Sierra Nevada se ofrecen unos servicios de alto nivel y la posibilidad de permanecer en régimen de internado -en un hotel en Sierra Nevada- sin interrumpir los estudios. El CAR de Sierra Nevada, cuyas instalaciones costaron alrededor de 5.000 millones ¿te pesetas al CSD, completó el círculo, puesto que ofrece desde 1994 la posibilidad de entrenarse en altura.Muy pocos países tienen una infraestructura sirnilar a la española. Y casi ninguno tiene tres Centros de Alto Rendimiento del nivel de los españoles. La única competencia se encuentra en Colorado Springs (Estados Unidos), uno de los centros en altura más prestigiosos del mundo, en La Grange (cerca de Atlanta y especializado en atletismo), en París (Francia) y en Sidney (Australia). "Sin embargo", confiesa Rosa María Ortega, subdirectora del CAR de Sierra Nevada, "muchos técnicos nos dicen que la nuestra es la mejor instalación en altura. Los nadadores europeos prefieren venir aquí que ir a Colorado Springos".

Sus palabras encuentran la confirmación en el hecho de que muchos deportistas europeos que subieron al podio el mes pasado en los Juegos Olímpicos de Atlanta escogieron España para ultimar su preparación. Por los centros de Sant Cugat, de Madrid y de Sierra Nevada pasaron las selecciones de atletismo de Polonia y de Portugal, la alemana de natación, la polaca y la belga de yudo, los equipos de natación de Bélgica, Holanda, Australia, Rusia y Holanda; el de remo de Alemania y muchos atletas que, de forma individual, eligieron los CAR españoles para culminar su puesta a punto.Si buscamos nombres concretos la lista es interminable. Pero incluye al polaco Arthur Partyka (plata en salto de altura), los rusos Alexander Popov (oro en 50 y 100 metros libres de natación), Denis Pankratov (oro en 100 y 200 metros mariposa) y VIadislav Kulikov (bronce en 100 metros mariposa); a los alemanes Marc Warnecke (bronce en 100 metros braza), Sandra Volker (plata en 100 metros libres), Franciska Van AImsick (plata en 200 metros libres) y Dagmar Hase (plata en 400 y 800 metros libres); al polaco Pavel Nastula (oro en yudo) y a las belgas Marie Isabelle Lomba (bronce en yudo) y Ulla Werbrouck (oro en yudo).

La lista debe ampliarse con los nombres de la mayor parte de los deportistas españoles que compitieron en Atlanta. "Pero eso ya es normal. Cuando se crearon los CAR fue fundamentalmente para mejorar nuestro propio deporte. Fueron creados para resolver cualquier problema que pudiera planteársele a un deportista de élite. Y están cumpliendo su objetivo", comenta Francesc de Puig, director del CAR de Sant Cugat.

La inversión pública realizada a través del Consejo Superior de Deportes, la Dirección General del Deporte de Cataluña y otros gobiernos autónomos ha sido importante, pero fructífera. Y cubre la mayor parte de las necesidades deportivas de este país. "No, no. Por ahora no hace falta ampliar la oferta", responde un alarmado Ayuso al preguntarle sobre las perspectivas de futuro.

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