LOS ESPERMATOZOIDES SE COTIZAN CAROS
El actor estadounidense Tom Cruise ha puesto precio a sus espermatozoides y reclama a la revista alemana Bunte una indemnización de 60 millones de dólares (7.500 millones de pesetas) en concepto de daños y perjuicios por haber puesto en su boca, en una entrevista manipulada por la publicación, que no puede tener hijos porque "la cifra de mis espermatozoides es igual a cero". Es evidente que estos chicos de Bunte no aprenden. Cuando apenas se habían apagado los ecos de la condena contra Bunte a pagar 180.000 marcos (unos 15 millones de pesetas) a Carolina de Mónaco por una entrevista inventada, les cae encima una demanda de Cruise. La revista alemana atribuyó a Cruise frases sobre la nula calidad de su esperma que jamás había pronunciado. Para mayor inri, añadieron en la entrevista unas palabras de elogio de Cruise para Bunte. La respuesta de Cruise no se hizo esperar, y demanda 80 millones de dólares (10.000 millones de pesetas) de la revista: 60 millones por lo de los espermatozoides y 20 millones por usar su nombre de forma indebida con fines publicitarios. Como Bunte se vende también en Estados Unidos, el litigio se dirimirá allí. La revista alemana tiembla ante la conocida severidad de los tribunales de ese país a la hora de fijar indemnizaciones. Argumentan los abogados de Cruise, para fijar la suma reclamada, que la afirmación sobre sus carencias hormonales le perjudica a la hora de conseguir un papel de poderoso macho y, dados los honorarios de Cruise, 60 millones de dólares parecen una cantidad adecuada para reparar el daño causado. Mientras tanto, Cruise afronta una campaña de boicoteo en Alemania por su condición de afiliado a la secta religiosa de la Cienciología. Políticos democristianos han llamado a boicotear Misión imposible para impedir que la recaudación vaya en beneficio de la secta.-
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