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Un grupo de 'vigilantes' quema vivo a un narcotraficante Suráfrica

El alto índice de delincuencia en Suráfrica amenaza con hacer estallar una guerra entre grupos de vigilantes de autodefensa ciudadana y bandas criminales. La policía dio ayer la voz de alarma después de que la noche del domingo se produjeran graves enfrentamientos, en Ciudad del Cabo, donde el grupo musulmán, antidelincuencia llamado Pueblo Contra la Droga y las Pandillas (PAGAD) quemo vivo al supuesto capo del narcotráfico Rashaad Staggie, jefe de la banda Hard Living, a quien remataron a tiros antes de que se abrasara.

Las patrullas ciudadanas del PAGAD formaron un convoy de 500 vehículos antes. de irrumpir en el suburbio de Salt River, donde habían localizado al jefe de los Hard Living. Las pandillas callejeras de Ciudad del Cabo, como la mayoría de las bandas de Suráfrica, han convertido el narcotráfico en un negocio muy lucrativo. Frente a esta situación, los grupos de vigilantes intentan acabar con la hegemonía de los delincuentes en sus barrios.Un portavoz de la policía surafricana, el superintendente John Sterrenberg, anunció que la muerte de Staggie puede provocar una "guerra total entre las pandillas y el PAGAD" de consecuencias imprevisibles. "Me hace sudar sólo imaginar las repercusiones de esa situación", reconoció. Sterrenberg dijo que ante la lucha previsible entre grupos violentos, el principal temor de la policía municipal es que "gente inocente quede atrapada en medio de los disparos".

El alto índice de delincuencia que padece Suráfrica y la existencia de un sistema judicial que algunos consideran demasiado liberal preocupa a los partidos políticos, que están divídidos sobre las causas de ese problema y los medios para erradicarlo. Mientras tanto, el reducido número de policías y sus malas condiciones laborales han desembocado en el suicidio de cientos de ellos en los últimos años, y la población se organiza en grupos de vigilantes para protegerse. El pasado fin de semana, al menos cinco personas murieron en tres incidentes en Soweto, suburbio habitado por negros del suroeste de Johanesburgo.

Según el Partido Demócrata (PD), esta situación y la incapacidad de la policía para luchar contra la delincuencia y la de la Justicia para proteger a los ciudadanos puede llevar a éstos a tomarse la justicia por su mano para protegerse de los delincuentes, cada vez más numerosos.

La policía y algunos partidos políticos discrepan sobre las causas de la delincuencia, atribuida en gran parte al alto nivel de desempleo, sobre todo entre negros y mulatos, principales víctimas de la antigua política segregacionista del apartheid.

El PD, el Partido Nacional (PN) y los empresarios piden que se refuercen las medidas de protección ciudadana y se revise el sistema judicial para limitar la libertad bajo fianza y restablecer la pena de muerte para los delitos graves cometidos con armas.

La pena capital fue abolida el año pasado en Suráfrica por iniciativa del Congreso Nacional Africano, que domina el Gobierno, por considerarla "ineficaz" para acabar con la delincuencia.

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