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Compatriotas de un mendigo guineano fallecido en Móstoles reclaman ayuda para enterrarle "con dignidad"

El cuerpo de Leandro Edu, de 50 años, un inmigrante guineano fallecido el 5 de junio en Móstoles (199.000 habitantes), lleva dos meses en el Instituto Anatómico Forense de Madrid. Pasó los últimos años en las calles de Móstoles, mendigando. Sus únicas pertenencias, un viejo acordeón que le valía para conseguir unas perras con que echarse algo a la boca, y una casa destartalada.La policía le llevó el 5 de junio al Anatómico para aclarar su muerte. Allí está desde entonces. Su familiar más cercano, un hermano, vive en Guinea. En Madrid sólo tiene a un grupo de compatriotas, también de Móstoles, movilizándose para conseguirle "un entierro digno", explica uno de ellos, Antonio Ondo.

El Ayuntamiento de esta población les ha ofrecido un nicho pero no puede sufragar el traslado del cadáver desde el Anatómico. "Traer el cadáver a Móstoles cuesta unas 220.000 pesetas; 130.000 por embalsamarlo -requisito imprescindible para el traslado- y 90.000 el coche fúnebre", explica Ondo.

"Su hermano telefoneó a España al saber que había fallecido, pero tampoco tiene dinero para trasladar el cadáver a Guinea. Y menos aún para viajar a Madrid y reclamarlo. Sólo el viaje a España", dice Ondo, "cuesta 205.000 pesetas, imagínese el traslado del cuerpo". "Nos gustaría que al final de sus días tenga un lugar donde descansar", razona Ondo, apenado. "Si no conseguimos ese dinero antes de dos meses, le enterrarán en una fosa común; no es justo, bastante había sufrido ya el pobre".

Fuentes del Anatómico confirmaron la pasada semana que Edu lleva casi dos meses en una cámara.

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