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Reportaje:

Madrid es el pueblo de todos

Mingote incita a acoger con los brazos abiertos a naturales y foráneos en las fiestas de Centro

El caballo de Espartero tuvo ayer compañía. Cinco colegas, alazanes ellos, enganchados a un faetón de la Policía Nacional y tres landós -dos tipos de coches de caballos- esperaban en una esquina a munícipes y pregonero, el humorista Antonio Mingote, para llevarles a la Carrera de San Francisco a inaugurar las fiestas de Centro. Un chulapito de seis años daba de comer a las palomas y Santa María de la Cabeza -cuatro metros veinte de Santa portada por un miembro de la Asociación de Amigos de los gigantes y cabezudos de Madrid- giraba como una peonza al ritmo de Yellow , Subniarine de los Beatles."Extraña canción para una comparsa de gigantes y cabezudis", apunta una moza a distancia prudencial de los nueve lustrosos caballos de la policía 'local, montados por sendos agentes con traje de gala que incluye casco plateado coronado con plumas rojas. No sabe, la chica que la santa de cartón nació de manos de un fallero valenciano en 1967, época dorada del cuarteto de Liverpool.

"¿Y ése, qué rey es?", se interesa la californiana Diana Mason. Quiere saber a cuento de qué son estas fiestas y lo pregunta insistentemente a los parroquianos. El cónsul estadounidense Thomas Gallagher, que asiste también al desfile que antecede al pregón ya ha llegado a una conclusión:" Los españoles no necesitan excusas para hacer fiestas". "Por cierto, ¿dónde continúa?", pregunta.

Mingote, acompañado de la edil de Centro, Maria Antonia Suárez, Don Hilarión y una dama goyesca han subido ya al landó tirado por Reverte, un caballo de nueve años que cuando no tira del carro se dedica a participar en películas.

"La fiesta no es fiesta si no es fiesta de todos", es la conclusión del discurso -por el humor a la tolerancia- del académico Antonio Mingote, un pregonero catalán para las fiestas más madrileñas. "Recordad que San Cayetano, más madrileño que el oso del escudo, nació en Venecia de Italia;. que San Lorenzo, tan madrileño como el cocido madrileño, -aunque él fue asado- era de Huesca de Aragón y que la Paloma, madrileña como la luna de agosto, nació en Palestina de Asia", desgranó Mingote desde el balcón de la sede de los Servicios Sociales del distrito Centro, invitando a los 500 asistentes al acto a acoger en el Foro a todos, sin importar sexo, lengua o color de piel.

Mientras la tía Javiera, inventora de las rosquillas tontas y listas y el diestro Cúchares, chiquititos y cabezones, vuelven al camión de la comparsa de gigantes y cabezudos; Mingote se remonta a la prehistoria de la Villa, cuando era tan pequeña que se llamaba Ma y un señor de nombre Pe, inventó el churro, que mojaban en el Manzanares a la hora de la merienda porque no se había inventado el chocolate. "¡Viva Madrid, que es el pueblo de todos¡", concluyó el humorista entre los primeros cohetes.

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