Navalafuente se queda sin dinero para rehabilitar su iglesia gótica
Navalafuente (450 habitantes) no sólo se ha topado con su iglesia, sino también con Patrimonio. El templo medieval de este municipio se cae a pedazos porque sus obras de rehabilitación, están paralízadas desde hace seis meses por problemas burocráticos y presupuestarios. El alcalde, Santiago Muñoz, del PP, se desespera: "No sabemos qué hacer ni a quién dirigirnos porque nadie nos hace caso".
La iglesia de Nalafuente, dedicada san Bartolomé, fue erigida en los siglos XIV y XV. Se trata de un templo de una sola nave, con ábside semicircular, capilla y espadaña. Cuenta con un pantocrátor y 10 tumbas góticas que descubrió el párroco -aficionado a la arqueología- en 1994.En 1990, debido al mal estado de la cubierta, se le incorporó una estructura de hierro y ladrillos que los centenarios muros de piedra no pueden sostener. De hecho, los contrafuertes están cediendo, aparecen grandes grietas y el alcalde teme que todo se desplome. "Hace unos cinco años", hace memoria el regidor, "empezamos a recaudar dinero para el arreglo de la iglesia. Con rifas y fiestas logramos ocho millones de pesetas. Como no era suficiente, pedimos a Patrimonio una ayuda. El anterior director general [Miguel Angel Castillo, del PSOE] nos dijo que la iglesia no era de su competencia. Que la arreglase el Obispado o el Ayuntamiento".
Una única condición
El regidor continúa: "Cuando nombraron al nuevo director [José Miguel Rueda, del PP] nos prometió darnos un millón. Nos dijo que no había ningún problema para que acabásemos las obras. Nos puso una condición: que los trabajos los llevase a cabo una empresa especializada en patrimonio".El Ayuntamiento aceptó, pero pronto se encontró con un problema: en la comarca no había ninguna empresa con las cualificaciones exigidas. "Al final encontramos una en Madrid, pero el precio se disparaba. Volvimos a hablar con Patrimonio, que redujo sus exigencias sobre la empresa. Nos permitió coger una de la zona. Y en esto se pasó el plazo que teníamos para comenzar las obras. Empezaron a pedirnos certificaciones de obras. Y no se las podíamos dar porque no habíamos comenzado los trabajos. ¿Que querían, que los falsificásemos? Bueno, y ahora resulta que no nos quieren dar el dinero. Esto es ilógico. Hemos tenido que parar los trabajos. Ahora sí tenemos certificados, pero nos dicen que además el Obispado [propietario del monumento] tiene que dar su beneplácito".
Patrimonio confirmó ayer que Navalafuente ha perdido su oportunidad para recibir la subvención. Un portavoz lo explicó: "Como no han presentado ni facturas ni certificaciones no se les da la subvención. Además, su incumplimiento les impedirá recibir ayudas durante varios años". El alcalde se echa las manos a la cabeza.
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