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Boeing compra el negocio de defensa y aeroespacial de Rockwell

Boeing Co., el mayor constructor de aviones comerciales, con sede en Seattle (Washington), ha dado un paso de gigante para convertirse en la mayor compañía aeroespacial del mundo al comprar por 3.200 millones de dólares (unos 400.000 millones de pesetas) las divisiones de defensa y del espacio de Rockwell International Corp, que ha venido desempeñando un papel estelar en las misiones espaciales estadounidenses, especialmente en el proyecto Apollo.El acuerdo, hecho público ayer por las dos compañías, es bastante complejo y contempla que Boeing asuma 2.165 millones de dólares (unos 273.000 millones de pesetas) de deuda de Rockwell, así como otra serie de obligaciones pendientes, por otros 180 millones de dólares, al tiempo que aporta 860 millones de dólares par a un fondo común de existencias de ambas empresas.

"Esta operación nos permite avanzar en nuestro camino para completar nuestros proyectos para la compañía en el horizonte de los próximos 20 años, y que prevén que Boeing se convierta en una empresa aeroespacial integrada, que diseñe, produzca y asegure el mantenimiento de aviones comerciales, sistemas de defensa y sistemas espaciales civiles y de defensa", señaló ayer Phil Condit, presidente y jefe ejecutivo del constructor de Seatte.

Una nueva compañía

Las divisiones de Rockwell que serán cedidas a Boeing emplean a 2 1.000 personas y su cifra de ventas asciendió a 3.200 millones de dólares en el pasado ejercicio. Entre los productos que fabrican sobresalen los misiles tácticos intercontinentales, el bombardero B-1B y, diversos sistemas de cohetes de propulsión, entre los que se incluyen los motores de los transbordadores espaciales.El nombre que recibirán las divisiones adquiridas por Boeing será Boeing North Amerícan Inc, una filial al ciento por ciento del constructor de Seattle, cuyo grupo de defensa y espacial cuenta con unos 30.000 empleados.

Rockwell, que tiene su base en Downey (California), afirmó que la operación se enmarca en su estrategia de abandonar el sector aeroespacial para centrarse en el negocio electrónico y de manufacturas automatizadas. "Este es un paso histórico en la continuación de la transformación de Rockwell", afirmó ayer Donald R. Beall, presidente de la compañía californiana, quien confirmó que tiene el objetivo de centrarse en el sector electrónico. Rockwell espera transformar este año sus divisiones de automatización, aviónica, comunicaciones, semiconductores y componentes de automóviles en una nueva firma que mantendrá el nombre de Rockwell.

Las acciones de la nueva Rockwell serán distribuidas a los actuales accionistas de Rockwell en la proporción de una acción nueva por una antigua. Las previsiones apuntan a que la nueva compañía alcance unas ventas de 10.000 millones de dólares (unos 1,26 billones de pesetas).

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