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Costa descarta nuevas subidas en los impuestos especiales

El secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, dijo ayer que el Gobierno no contempla nuevos aumentos de los impuestos indirectos tras la aprobación el pasado viernes por el Consejo de Ministros de un incremento de la presión sobre el tabaco y el alcohol. Costa añadió que estas subidas entrarán en vigor de forma "inmediata", antes del 1 de agosto.Costa restó importancia a los efectos que ha tenido el anuncio del aumento de estos tributos sobre los estancos, pese a que algunos se han visto obligados a cerrar por problemas de abastecimiento. El secretario de Estado cifró en 100.000 millones de pesetas los ingresos fiscales adicionales que pueden conseguirse en 1997 con el aumento de estos impuestos, siempre que el consumo se mantenga al ritmo actual. El Gobierno ha escogido el tabaco y el alcohol para subir la carga impositiva por la poca incidencia que la medida tendrá en el índice de precios al consumo y el menor efecto en el conjunto de los ciudadanos.

De momento, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denunció ayer que numerosos estancos españoles se están negando a dispensarles tabaco alegando que no disponen de existencias suficientes. A juicio de esta organización, tras la importante subida de precios, que ha motivado la avalancha de consumidores a los estancos, "se encuentra el afán del Gobierno de recaudar fondos y detrás de esta operación inaceptable por parte de la distribución, que es un monopolio, no hay más que intereses mercantiles que atentan contra la competencia".

Sueldos de funcionarios

El ministro de Economía, Rodrigo Rato, que ayer mantuvo una reunión en París con su hómologo, Jean Arthuis, aseguró que el nuevo desvío presupuestario y el efecto en la inflación de la nueva subida de los impuestos especiales no pondrá en peligro el cumplimiento de los objetivos de convergencia por parte de España. Rato se refirió a la posibilidad de aumentar la fiscalidad de la gasolina, pero para destacar sus efectos negativos sobre la inflación. No obstante, delegó cualquier decisión sobre esta cuestión a la voluntad colectiva del Gobierno. El vicepresidente segundo evitó mostrarse tajante sobre la congelación salarial que pretende el Gobierno aplicar a los funcionarios en 1997.

Tampoco quiso cerrar las puertas a una futura negociación José Folgado, quien aseguró que la decisión de congelar los sueldos a los funcionarios no está cerrada, argumentando para ello que el periodo de discusión de los Presupuestos está abierto.

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