GONZÁLEZ VERANEA EN EL CHALÉ DE UNOS AMIGOS

Parece que el ex presidente del Gobierno Felipe González recupera ahora antiguos hábitos que perdió en sus años de La Moncloa. Acompañado de su esposa, Carmen Romero, inició ayer una estancia en la isla de Mallorca, en un chalé en el puerto de Andraitx, que ya habitó en anteriores vacaciones, a mediados de los ochenta, antes de recluirse para descansar en el coto de Doñana por cuestiones de seguridad y también para esquivar el agobio al que le sometían los reporteros. Tras acomodarse en su residencia, un casa vanguardista, luminosa, con acceso directo al mar y cuyas paredes están repletas de arte contemporáneo, Felipe González salió a la puerta a posar para los fotógrafos. El secretario general del PSOE, que vestía pantalones bermudas, evitó en tono relajado hacer comentarios sobre la situación política, y dijo que espera salir a la mar para pescar al volatín desde una barca, degustar platos de cocina marinera mallorquina y dedicarse a la lectura. Comentó que está leyendo el libro Memorias de un periodista, del mítico ex director de The Washingthon Post Ben Bradley. Una dotación de la Guardia Civil vigila la casa que ocupa el líder socialista, propiedad de sus antiguos amigos insulares y tradicionales anfitriones el arquitecto Pere Nicolau y la farmacéutica María Planas, que preside la Cruz Roja de Baleares. Ambos tienen una larga trayectoria progresista y nacionalista, pero no militan en el PSOE.-