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La huella del horror étnico en Burundi

El cadáver de un niño de corta edad (el primero de la hilera de muertos tapados con esteras que recoge la fotografía) se pudre en Bugendana (Burundi), donde, el pasado sábado, extremistas hutus mataron a más de 300 refugiados tutsis. La matanza hace temer una nueva explosión de violencia étnica. El primer ministro de Burundi, de la minoría tutsi, asegura que una intervención internacional sólo contribuiria a empeorar la situación.

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