Clinton aplaza la 'ley Helms-Burton' tras la presión de la UE

Al día siguiente de que la Unión Europea aprobase represalias comerciales contra EE UU por la ley Helms-Burton, que endurece el embargo a Cuba, Bill Clinton decidió ayer suspender la aplicación de los apartados más duros. El presidente norteamericano ratificó la totalidad de la ley, pero decidió retrasar seis meses, hasta el 1 de febrero de 1997, la posibilidad de presentar ante los tribunales estadounidenses demandas contra empresas extranjeras que negocien con propiedades confiscadas por el régimen de Fidel Castro.

Clinton, en plena campaña para su reelección, optó por una solución salomónica, que amenaza con no dejar contento a nadie en su país y que ayer mismo suscitó la reacción de su rival republicano, Robert Dole, para quien cualquier cosa que no sea la aplicación completa de la ley perjudica las "perspectivas de cambio en la última dictadura" de América Latina. El propio senador Jesse Helms, uno de los dos impulsores de la ley, dijo que "Clinton no ha tenido coraje" y "ha capitulado ante Castro". Más verosímil parece, sin embargo, que el presidente haya querido evitar una guerra comercial con la UE, que el lunes decidió, entre otras cosas, la modificación del régimen de visados para empresarios de Estados Unidos, la elaboración de una lista negra de compañías norteamericanas y mecanismos para resarcir a las europeas de los perjuicios que suponga la aplicación de la ley.

Se mantienen aspectos esenciales de la ley. Helms-Burton, lo que explica la reacción que tuvo ayer el ministro español de Exteriores, Abel Matutes. "No es para tirar cohetes", dijo, pero sí un paso positivo hacia la suspensión del efecto más pernicioso de la ley". El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, llamó por teléfono a algunos de sus homólogos europeos, entre ellos Matutes, para explicarles la decisión de su presidente.

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