_
_
_
_

El gran recuerdo de Barcelona oscurece Atlanta

Los fallos por la tacañería organizadora se extienden por la sede del Centenario

El Comité Olímpico Internacional no quiere que los Juegos de Atlanta sean un fracaso, porque eso supondría su propio desastre. Pero estará encantado si se confirma que el sistema de organización privada, sin ayuda estatal, es muy arriesgado incluso en Estados Unidos, el único país del mundo con potencial económico para planteárselo. Las deficiencias por la tacañería en los preparativos se suceden y el gran recuerdo de los anteriores Juegos de Barcelona oscurece aún más el examen que va a pasar esta ciudad inhóspita y conflictiva."El comité organizador de los Juegos de Atlanta que preside mister William Porter Payne ha trabajado sin descanso durante los seis últimos años para asegurar el éxito de los Juegos del Centenario de la era moderna. Nadie duda que serán excepcionales". Esta breve frase en un discurso de media hora fue la única referencia de Juan Antonio Samaranch, en la solemne apertura de la 105ª Sesión del máximo organismo olímpico. El astuto presidente del COI ha empezado ya utilizando la palabra excepcional, que en principio es una alabanza, pero que puede también convertirse en muy negativa porque sólo significa diferente.

Más información
"¿Sólo para negros?, ¡pero qué dices!
Una sauna para 10.000 personas

Según todos los indicios, Samaranch confía en que los Juegos funcionen, porque el potencial norteamericano lo acabará permitiendo, pero los fallos engrandecerán día a día la gran organización de los Juegos de Barcelona. Allí dijo que fueron los mejores de la historia y aunque parece que esta frase la ha repetido siempre en cada edición, no es así. Ahora, está pensando qué decir en la ceremonia de clausura para quedar bien, pero dejando claro implícitamente que Atlanta no pudo superar el listón de Barcelona. Atlanta tampoco superará a Los Ángeles y bastante hará con salvarse por la mínima.

El presidente del COI es muy posible que no necesite recurrir a algunos de sus rebuscados argumentos diplomáticos. Aunque las hazañas deportivas o una ceremonia inaugural estilo Hollywood puedan deslumbrar, la espada de Damocles de una organización de alquiler ha caído ya demasiadas veces para mancharla. Ejemplos hay ya sobrados.

Seguridad

Al no haber un sólo cuerpo que controle los sistemas de control (han ido pidiendo refuerzos sobre la marcha), pueden suceder absurdos como que a un presidente de federación (la de hockey) casi no le dejen entrar a ver el entrenamiento de su equipo femenino y en cambio dos personas entren en la Villa Olímpica sin que nadie les pida la identificación. Bien distinto a Barcelona.

Acreditaciones y robos

El desastre de la pérdida de las maletas de la primera expedición española se saldó con una enérgica protesta del Comité olímpico Español. Buena parte del tiempo perdido se produjo porque todo el mundo se debe acreditar en el mismo lugar (atletas y el resto de expedicionarios). Bien distinto a Barcelona.

Villa olímpica

Las habitaciones son tan pequeñas que el equipo de atletismo se está planteando montar las camas en forma de literas para poder tener espacio. Bien distinto a Barcelona.

Instalaciones

Aún ayer, mientras algún que otro letrero luminoso señalaba que faltaban cuatro días para la apertura, había numerosos obreros trabajando en los distintos campos.Miembros del comité organizador de los Juegos (ACOG) reconocen abiertamente que los Juegos de Barcelona fueron espléndidos y hacen un gesto muy significativo sobre lo que está ocurriendo aquí. La gran diferencia es que Barcelona tuvo que demostrar desde mucho tiempo antes que España era capaz de ganar el reto y que no era tercermundista. Y Atlanta ha parecido que tenía bula para el retraso y todos los fallos producidos por lo ajustado de los medios empleados. Pero si no lo remedia, y ya es difícil a estas alturas, se puede volver definitivamente contra ella.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_