Contra corriente

En Leganés no sólo los okupas van contra corriente. También el Ayuntamiento, con su apoyo a los okupas. Los jóvenes del colectivo Laldea que el pasado 29 de abril se colaron en los antiguos juzgados de Leganés (178.000 habitantes) han creado una particular fórmula de movimiento okupa que ha obtenido el respaldo del propio Ayuntamiento y que les llevó incluso al Congreso de los Diputados. No buscan una vivienda. Su fórmula ha sido crear un centro sociocultural autogestionado en los locales abandonados, y así han conseguido en sólo dos meses el apoyo de la mayor parte del movimiento vecinal, de sindicatos y de partidos de izquierda. Una proposición no de ley de Izquierda Unida llevó su caso hasta el Congreso de los Diputados el pasado 27 de junio, pero la propuesta de cesión fue rechazada con los votos del PP y CiU, que consideraban que podría sentar un "precedente tremendo" que justificaría la ocupación de los muchos edificios que hay en España, especialmente los cuarteles, en proceso de desafectación..Ayer mismo los concejales del PSOE e IU volvían a unir sus votos para apoyar el proyecto y proseguir los trámites administrativos necesarios para que la Dirección General de Patrimonio les ceda los locales. El PP, en el último momento, renunció a presentar la petición de desalojo. Pablo Abejas, portavoz del PP, justificó la retirada porque no iba "a aportar gran cosa, ya que las competencias son de la Administración central".

Al pleno acudió un nutrido grupo de jóvenes y representantes de entidades vecinales de Zarzaquemada, San Nicasio y zona centro para apoyar a los okupas.

Desde las filas socialistas, el propio alcalde, José Luis Pérez Ráez le respondía: "Es intolerable frustrar las inquietudes de estos jóvenes, porque todas las revoluciones que empujan a la humanidad hacia un futuro de progreso comienzan con situaciones de ilegalidad". Pérez Ráez no duda en reconocer incluso su propio pasado okupa. "Los que hemos sido jóvenes inquietos sabemos lo duro que es esto, y en nuestra época ocupábamos los locales de los curas. El regidor, no obstante, manifiesta que existe el riesgo de que otros colectivos puedan seguir la iniciativa de Laldea.

Cuando Laldea entró en los 960 metros cuadrados de la calle de San Nicasio, llevaban tres años cerrados, porque los juzgados se trasladaron a un nuevo Palacio de Justicia.