Los capturados en Guerrero dicen haber recibido dinero y poca instrucción militar
Las tropas mexicanas continúan su batida en las montañas de Guerrero, al sur del país, en pos del Ejército Popular Revolucionario (EPR), un grupo armado que apareció públicamente en este Estado sureño el pasado 28 de junio, fecha del primer aniversario de la matanza de 17 miembros de un activo grupo regional, la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS). Hasta ayer, habían sido detenidas ocho personas, que han manifestado haber recibido algún dinero y una rudimentaria instrucción militar en el EPR.
La aprehensión de los cuatro primeros jóvenes, vinculados a la OCSS, se dio a conocer el martes, a pesar de que sus familias habían denunciado su desaparición la pasada semana. Los otros cuatro fueron detenidos el miércoles.Todos han señalado que fueron contactados por un capitán Aníbal y un comandante Pedro, que les ofrecieron dinero (hasta 2.000 pesos, unas 35.000 pesetas) y protección a cambio de integrarse al grupo. Cuentan que recibieron entrenamiento ("nomás brincar, tirar maromas y presentar armas") en un campamento y que les entregaron flamantes fusiles AK-47 (llamados en México "cuernos de chivo·) tres días antes de su aparición pública. Luego, añaden, los licenciaron y regresaron a sus comunidades.
A raíz de las detenciones, las fuerzas de seguridad se incautaron e varias armas y descubrieron un buzón con municiones y explosivos, una radio, uniformes, documentos "de trabajo" del EPR, publicaciones del PROCUP (un rancio movimiento armado que data de los años setenta) además de un ejemplar del libro Sobre la guerra, del prusiano Karl von Clausewitz, y otro sobre el pensamiento de Emiliano Zapata.
Ahora queda ver hacia dónde lleva todo esto. El Gobierno no da su brazo a torcer e insiste en calificar a los supuestos guerrilleros de delincuentes. "No admito que se llame guerrilla a lo que han sido hechos delictivos personales", clamó ayer el secretario de Gobernación (ministro del Interior), Emilio Chuayffet. Claro que términos parecidos utilizaron las autoridades mexicanas cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional irrumpió en el también sureño estado de Chiapas en enero de 1994. Los zapatistas, que tratan ahora de abrirse espacios políticos y se han desligado de sus homólogos guerrerenses, fueron calificados entonces de "transgresores de la ley".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.