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Zabaltza murió ahogado en el río Bidasoa, según el forense Concheiro

El forense Luis Concheiro, que dictaminó en 1987 que Mikel Zabaltza -del que se sospechaba que pertenecía a ETA- murió ahogado en el río Bidasoa tras huir de la Guardia Civil que le había detenido, se ratificó ayer en esta versión y dijo que nada le lleva a modificarla. Concheiro participó en la autopsia realizada en 1987 al cadáver de Zabaltza inmediamente después de su hallazgo. En declaraciones a Servimedia, Concheiro afirmó: "Con los datos que tengo en este momento me ratifico en lo que he informado". Y añadió: "He dado una opinión y nada hasta ahora me induce a modificarla".Sin embargo, ayer mismo, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, en declaraciones a la cadena SER se refirió al nuevo informe forense que pone en duda esta versión y recordó que el PNV lo denunció entonces. Anasagasti dijo: "El tiempo, desgraciadamente, o afortunadamente, nos va a dar la razón. El mar siempre devuelve a los muertos".

El forense Concheiro ha respondido al informe presentado el pasado 4 de julio en el Juzgado de Instrucción número 1 de San Sebastián, que investiga la muerte de Zabaltza, en el que dos forenses donostiarras cuestionan la hipótesis del ahogamiento. Concheiro declaró que está dispuesto a discutir ante el juez con estos forenses su versión de lo sucedido.

Taladrina en el corazón

Sobre la presencia de taladrina (sustancia tóxica que se encuentra en el río Bidasoa) en la sangre de Zabaltza, Concheiro se ratificó en que su existencia en el cadáver es determinante para afirmar que el presunto miembro de ETA murió ahogado.El forense dijo que no está de acuerdo con la afirmación de los forenses donostiarras que aseguran que la elevada presencia de taladrina en el estómago de Zabaltza, en cantidad muy superior a la existente en el río, hace difícil la hipótesis de que se ahogase en el río. Para Concheiro, lo importante no es la cantidad de taladrina sino la presencia o no de esta sustancia.

En este sentido, y sobre la posibilidad de que Zabaltza fuese arrojado muerto al Bidasoa, este forense dijo que en ese caso sería imposible justificar que hubiese taladrina en el corazón.

Precisó que si la sangre del corazón contiene taladrina "es una prueba de que el sujeto estaba con vida; ahí si que ya no cabe invocar que un cadáver arrojado al agua haya posibilitado que hubiera una penetración post morten en el cuerpo".

Acerca de la posibilidad de que Zabaltza fuese asesinado en una bañera con agua del Bidasoa, este forense dijo que "es posible teóricamente". Pero matizó: "A mí se me antoja que, en la práctica, no es muy viable", porque implicaría que los presuntos asesinos supiesen que había un contaminante en el agua del río, y que tuviesen "unos conocimientos médicos legales muy por encima de la media".

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