Detenido un anarquista acusado de hacer estallar nueve artefactos
Agentes de la Unidad Antiterrorista de Barcelona detuvieron el lunes a José Miguel Iglesias Aranda, un parado de 41 años que se define como anarquista, acusado de colocar y hacer estallar nueve artefactos explosivos entre 1991 y el pasado mes de mayo en oficinas del Inem y de Banca Catalana y en una sede de Convergència y en otra del PSC. Iglesias actuaba solo y al margen de cualquier organización.Las bombas, confeccionadas por el mismo detenido, sólo causaron daños y estragos y no produjeron víctimas. Túbal Fernández, jefe superior de Policía de Barcelona, explicó que José Miguel Iglesias -"una persona solitaria, retraída, inteligente y autodidacta"- estaba en proceso de perfeccionar sus artefactos y los que se incautó la policía ya tenían poder explosivo elevado. "Si hasta ahora no, ha habido víctimas, se ha debido a la suerte", señaló Túbal Fernández.
Los atentados tenían un móvil muy propio de los anarquistas de la vieja escuela: con el recurso a la acción directa, Iglesias protestaba por un hecho que consideraba, injusto, como es el del paro. El detenido, según Túbal Fernández, estaba obsesionado por el paro propio y por el ajeno y, culpaba de la situación a los partidos y el capital.