Rojo augura una recuperación económica en el segundo semestre

"Lo peor ya ha pasado". El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, ofreció ayer en La Coruña un mensaje moderadamente optimista sobre la evolución de la economía en los próximos meses. Rojo vaticinó una recuperación en el último semestre del año que, según su pronóstico, permitirá cerrar el ejercicio cumpliendo el objetivo de una tasa de crecimiento del 2,3% del PIB. La máxima autoridad monetaria pidió que no se baje la guardia del rigor presupuestario con la falsa esperanza de que "en el último momento los criterios de convergencia vayan a aplicarse con laxitud".

El gobernador dictó en La Coruña una conferencia dentro de un curso sobre las perspectivas de la economía española, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y dirigido por la fundación FIES de la Confederación de Cajas de Ahorro. El seminario fue inaugurado por el presidente de la Xunta, Manuel Fraga Iribarne, quien dedicó grandes elogios al profesor Rojo y destacó muy especialmente su intervención de la pasada semana en San Lorenzo de El Escorial en la que reclamó recortes en el Estado de bienestar como único medio de garantizar su supervivencia.El gobernador del Banco de España espera que en los próximos meses mejore la situación económica impulsada por "el mayor vigor de la demanda". Si se cumplen esos vaticinios, España podría alcanzar en 1997 un crecimiento del 3,1%, un 0,6% más que la tasa media prevista para el próximo año en el conjunto de la Unión Europea. Para este año estimó que la economía puede crecer un 2,3%, aunque alertó que las previsiones. deben confirmarse con hechos porque la confianza de empresarios y consumidores es "todavía escasa".

Luis Ángel Rojo basa su optimismo en la recobrada vitalidad de las economías de Estados Unidos y Japón, además de los buenos resultados de la lucha contra la inflación en toda Europa y en la evolución positiva de los tipos de interés y de cambio.

En su intervención de ayer, el gobernador del Banco de España se extendió en explicar los orígenes de la unión económica y monetaria europea, un proceso que, a su juicio, tiene "una probabilidad muy alta" de culminarse en el plazo previsto (1 de enero de 1999) pese a los problemas de la mayoría de los países para cumplir los estrictos criterios de convergencia impuestos en el Tratado de Maastricht.

La confianza

Frente a los que propugnan una revisión de las variables establecidas para acceder al primer grupo de la moneda única, el responsable del banco emisor dijo que "no parece razonable esperar un relajamiento de los criterios", entre otras cosas, porque una decisión de tal naturaleza dañaría, según Rojo, la confianza en el futuro de la Unión Europea.De acuerdo con esa tesis, el gobernador señaló que no queda más remedio que seguir luchando contra el déficit porque si bien los recortes presupuestarios tienden en un primer momento a contraer la economía "a más largo plazo los efectos serán expansivos". Esa política de rigor se acentuaría incluso en el caso de los países que no lleguen a tiempo de incorporarse a la moneda única ya que a partir de ese momento tendrían que hacer un gran esfuerzo para engancharse lo más pronto posible. Quien se quede fuera del proceso habrá de afrontar, según Rojo, el castigo de los mercados y el acoso de los especuladores, por lo que ese grupo de países no tendrá más remedio que buscar mecanismos de cooperación entre sí y con el futuro Banco Central Europeo.

"Los esfuerzos de reducción del déficit", dijo el gobernador del Banco de España, "deben ser claros y decididos" porque permitirían una rebaja de los tipos de interés. "Es un grave error apostar por un retraso en el esquema temporal programado".