La 'otitis del nadador' afecta a 800. 000 personas al año

Los baños en el mar o la piscina permiten que entre agua en los oídos, lo que puede dar lugar a infecciones óticas, si se trata de aguas insalubres o no se toman las precauciones adecuadas en cada caso. Para evitar complicaciones, los especialistas recomiendan tener en cuenta los siguientes consejos.1. Atención a la limpieza. La patología de oído más frecuente en el verano es la otitis externa, conocida también como del baño o del nadador, que afecta cada año a 800.000 españoles. Consiste en la inflamación del epitelio del conducto auditivo externo, producida por gérmenes que infectan el oído al bañarse en aguas contaminadas. Los síntomas son dolores intensos, pequeñas supuraciones e, incluso, sordera cuando se bloquea el conducto auditivo. Se trata con antibióticos o antimicóticos, además de antiinflamatorios.

La mejor prevención es respetar el manto ácido del interior del oído, evitando excederse en la limpieza mediante el rascado de sus paredes con bastoncillos u objetos extraños, que debilitan la capa protectora y favorecen el cultivo de bacterias y hongos, de por sí beneficiado por el calor y la humedad estivales.

2. Tapones y gorro. La entrada de agua en los oídos puede provocar también una otitis media, menos frecuente pero más complicada. Afecta sobre todo a oídos con el tímpano perforado por algún tratamiento, a los que padecen otitis crónicas y a los que han sido operados. En estos casos es recomendable bañarse siempre con tapones y gorro.

3. Sordera temporal. Algunas personas sin patologías de oído previas padecen una pérdida de audición brusca tras darse un baño. La causa es que al entrar agua en los oídos la cera se hincha y forma un tapón, provocando sordera temporal. Si no se acompaña de dolor, inflamación o supuraciones, basta con limpiar el oído para que desaparezca.