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El jefe de la diplomacia israelí amenaza con dimitir por el trato a Ariel Sharon

El ministro de Asuntos Exteriores, David Levy, anunció ayer, en vísperas del viaje del primer ministro a Estados Unidos, su intención de dimitir del nuevo Gabinete israelí si no se le concede un cargo al antiguo ministro de Defensa, Ariel Sharon, antes del 8 de julio. Sharon, diputado del Likud, sigue sin formar parte de la cúpula del Gobierno de Netanyahu, pese a las promesas de otorgarle una cartera importante.

El primer ministro de Israel, el derechista Benjamín Netanyahu, tuvo que afrontar ayer la primera crisis grave en el seno de su recién formado Gobierno en vísperas de su primer viaje a Washington. El ultimátum que lanzó Levy a Netanyahu, quién estaba presente en la rueda de prensa de su ministro, resulta especialmente inoportuno ante la visita que el mandatario israelí va a realizar a EE UU. Netanyahu tiene previsto entrevistarse el día 9 con el presidente norteamericano, Bill Clinton.Los problemas se le acumulan al primer ministro. Bajo la iniciativa del alcalde de Herzliah, Eli Landau, que sostiene una antigua amistad con Sharon, 16 alcaldes del Likud participarán hoy en una reunión pública que se celebra bajo el lema Moralidad y política. Los alcaldes tienen la intención de protestar precisamente contra "la ausencia de moralidad política" que, según Landau, caracteriza la actitud de Netanyahu hacia Sharon. "Si Netanyahu continúa ignorando sus obligaciones, miles, decenas de miles de miembros del Likud se movilizarán contra él", advierte Landau.

Por si todo esto, fuera poco, otra tormenta amenaza con estallar sobre Netanyahu. Periodistas israelíes han descubierto que el nuevo primer ministro no sólo cambió de nombre durante el tiempo que residió en Estados Unidos, sino que han aparecido varios archivos confidenciales de la seguridad nacional norteamericana en los que figura con distintos nombres, uno de ellos John Lee Sullivan. Los periodistas se preguntan si la razón por la que los archivos son confidenciales es porque Netanyahu trabajó para la CIA. El Parlamento israelí rechazó ayer tres propuestas de la oposición para debatir las "sombras del pasado de Netanyahu".

Por otra parte, el Gobierno español recogió ayer la sugerencia de Netanyahu de celebrar en Madrid una nueva conferencia de paz entre árabes e israelíes, según confirmaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores. El primer ministro israelí recordó el martes en una reunión con corresponsales extranjeros que el arranque decisivo de las conversaciones de paz entre árabes e israelíes se produjo en la Conferencia de Madrid de 1991 y sugirió volver a la capital de España para "devolver un soplo de energía a las conversaciones".

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