Álvarez Cascos se impone a Mayor y logra destituir al feje del espionaje policial

El vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, ha logrado hacer valer su autoridad frente al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, en el pulso que ambos mantenían a propósito del hasta ahora comisario general de Información, Gabriel Fuentes. Éste será relevado del cargo, tal como deseaba Álvarez Cascos. El nuevo jefe del espionaje policial y de los servicios antiterroristas será el comisario Jesús de la Morena Bustillo, de 43 años, un estrecho colaborador de Fuentes, que hasta ahora estaba al frente de la Unidad Central de Inteligencia (UCI).

Mayor y el director de la Policía, Juan Cotino, cerraron ayer la reestructuración de la cúpula del Cuerpo Nacional de Policía, dos meses después de la constitución del Gobierno presidido por José María Aznar. La formación del nuevo equipo policial se ha retrasado en buena medida por la controversias en torno a la destitución o no de Gabriel Fuentes, jefe del los servicios antiterroristas y de espionaje, nombrado hace dos años por el socialista Juan Alberto Belloch.Altos cargos de Interior expresaron desde el primer momento de su llegada al poder la intención de relevar a la práctica totalidad de la cúpula policial, aunque no ocultaban que el único que "les gustaba"` era Gabriel Fuentes.

Ante esta buena sintonía, el ministro del Interior pretendía que, Fuentes continuara al frente de los servicios de inteligencia. Esta postura estaba en abierta contradicción con el vicepresidente Álvarez Cascos, que siempre tuvo claro que este comisario debía ser relevado, sobre todo porque había estado muy vinculado a Belloch, para el que durante los últimos dos años hizo más de un "encargo especial", según medios policiales.

Fuentes fue uno de los fichajes que realizó el juez Baltasar Garzón durante el corto periodo que pasó en 1994 en el Ministerio del Interior como viceministro del Plan Nacional sobre Drogas. El comisario, que hasta entonces era responsable de la brigada de contraespionaje, fue uno de los introductores de los sistemas informáticos en la lucha contra ETA cuando estuvo destinado con. anterioridad en los servicios centrales antiterroristas.

Gabriel Fuentes fue responsable del Gabinete de Evaluación y Seguimiento creado por Garzón para coordinar la lucha contra el narcotráfico. Después, cuando Belloch fue nombrado ministro de Justicia e Interior y el juez pegó el portazo a la política y regresó a la Audiencia Nacional, Fuentes fue designado comisario general de Información por el superministro.

El modelo de Belloch

Belloch, tras reestructurar los servicios antiETA, asignó a la Comisaría General de Información las labores de captación y análisis de datos de interés para la seguridad del Estado, mientras que la materialización de las operaciones antiterroristas pasó a ser competencia de la Comisaría General de Policía judicial, a cuyo frente ha estado hasta ahora Enrique de Federico. Esta división de competencias originó fuertes fricciones entre éste y Fuentes, lo que, además, se tradujo en una casi total descoordinación entre los respectivos subordinados de uno y otro.Enrique de Federico, que hasta ahora ha llevado el peso de la investigación del secuestro y asesinato de José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala por los GAL en 1983, será también relevado y trasladado posiblemente a Granada.

El ministro Jaime Mayor Oreja ya ha anunciado que desmontará el modelo de servicios de información puesto en marcha por Belloch y recuperará el antiguo esquema, de tal forma que la Comisaría General de Información tendrá competencia exclusiva sobre todo lo relacionado con el terrorismo.

A Jesús de la Morena, el nuevo jefe de Información, le espera la ardua tarea de plasmar esta operación, aparentemente sencilla, pero que conlleva múltiples problemas de reorganización de efectivos técnicos y humanos. Sobre todo porque unos cientos de policías que hoy integran las Unidades Territoriales Antiterroristas dependientes de las brigadas de Policía Judicial desconocen cuál será su futuro y de qué organismo van a depender a partir de ahora.

De la Morena, mano derecha y hombre de confianza del destituido Gabriel Fuentes, que ascendió a comisario hace dos anos, estuvo destinado con anterioridad en el Servicio Central de Estupefacientes y en la Brigada Judicial de Madrid.

Pedro Díaz-Pintado, que será el número dos de la Policía como nuevo subdirector operativo, es un experto en terrorismo y narcotráfico, tras su paso por la Brigada de Información de Madrid y el Plan Nacional sobre Drogas. Viejo amigo del juez Baltasar Garzón, está considerado como un hombre de talante moderado y un buen profesional.

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, ha supervisado los cambios en la estructura del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, sobre todo lo referente a los servicios de espionaje y antiterrorismo. No en vano, Álvarez Cascos baraja la idea de crear una especie de comunidad de inteligencia del Estado, en la que estarán integrados los cuerpos de seguridad y el Cesid.

Es previsible que hoy se hagan públicos los nombramientos de los nuevos integrantes del equipo de colaboradores más estrechos del director general de la Policía, Juan Cotino, según fuentes de Interior.

Cumbre en Interior

El ministro Jaime Mayor Oreja, tiene previsto reunirse hoy con los delegados del Gobierno en las 17 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, para abordar asuntos relacionados con "la seguridad ciudadana y el orden público", según informó ayer Interior.En la cumbre, en la que también estará el ministro de Administraciones Públicas, Mariano Rajoy, los delegados gubernativos recibirán instrucciones del secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxà, y de los directores de la Policía, la Guardia Civil, Instituciones Penitenciarias, Política Interior y Tráfico.

Mandos policiales han expresado su deseo de que acabe la interinidad del actual equipo directivo y que los nuevos miembros de la cúpula pongan rápidamente en marcha sus proyectos. Sobre todo, lo referente a la mejora de los planes de prevención contra la delincuencia y el reforzamiento de la lucha contra el terrorismo.

Las mismas fuentes reconocen que "hay gran preocupación"" por la posibilidad de ETA reanude en breve su ofensiva criminal, tras la tregua de siete días decretada por la organización.