El sonido jondo en primer lugar
Vicente Amigo, imperturbable. Es uno de los verdaderamente grandes en la guitarra flamenca actual, en esa generación joven que salió siguiendo los pasos de Paco de Lucía, pero que hoy ya se ha emancipado de cualquier magisterio, porque son músicos con demasiado talento para seguir mucho tiempo en la estela de otro.Vicente Amigo no sólo ha encontrado su voz propia, sino que está en posesión de unos recursos que le han convertido en uno de los músicos mejor dotados de nuestro tiempo. Además de ser un guitarrista excepcional -que lo es, como todos los de su generación, que parecen haber nacido con la guitarra aprendida-, es también un creador con un sentido muy especial para mantener la expresión flamenca en un lenguaje sin embargo muy moderno y puesto al día.
Concierto de Vicente Amigo
Con José Manuel Hierro (segunda guitarra y flauta), Patricio Cámara y César Moreno Güito (percusión), José Parra (cante), Eric Sánchez (trompeta), Israel Galván (baile). Conde Duque, Madrid, 29 de junio.
Es quizá la asignatura más difícil y a la que Vicente Amigo ha conseguido dar una respuesta más convincente. El milagro de su música es que sus acentos flamencos no han perdido un átomo de autenticidad y jondura. Esta música suena flamenca incluso en aquellos temas en los que se aleja del género para adentrarse por otros vericuetos tan distintos, y tan distantes, como su maravilloso Querido Metheny.
No digamos cuando coge la guitarra en solitario y se sumerge en la taranta, la minera, la rondeña, sonidos tan dolientes y hermosos que sin darnos cuenta nos llevan a un estado de ensoñación.
Grupo a su medida
En cambio, con el grupo, Vicente Amigo nos ofrece otra faceta de su arte personal llena de ritmo, color, compás y fantasía. Es un grupo hecho a su medida, no de gran formato, pero integrado por profesionales excelentes y que han sintonizado a la perfección con su jefe de filas, logrando un equilibrio y una conjunción realmente ejemplares.Amigo demuestra una vez más que si en solitario puede tocar con el mayor de los sentimientos jondos, en los temas rápidos se convierte en un verdadero virtuoso de ilimitadas posibilidades.
Excelentes colaboradores, ya lo hemos dicho. La trompeta de Eric Sánchez se utiliza muy bien, con enorme discreción; José Manuel Hierro es un segundo modélico, tanto con la guitarra como con la flauta; espléndidos los percusionistas.
El cante que ofrece José Parra se integra en el grupo como un instrumento más, aunque objetivamente nos parezca siempre en exceso imitativo del desaparecido Camarón. Israel Galván, por fin, es un bailaor en alza, muy técnico y de una gran efectividad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.