La crisis del Gobierno de Navarra hace peligrar el órgano común con Euskadi
Los nacionalistas vascos tienen serias dudas sobre la futura puesta en marcha del órgano común vasco-navarro. La crisis abierta en la comunidad foral tras la dimisión de su presidente, el socialista Javier Otano, ha abierto un periodo de incertidumbre sobre las futuras alianzas entre partidos. Un Gobierno de Unión del Pueblo Navarro (UPN) sería un "duro revés" al ya polémico acuerdo suscrito por los dos ejecutivos y ratificado por los parlamentos.
El vicepresidente de Navarra, Juan Cruz Allí (Convergencia de CDN), remitió el documento al Conreso de los, Diputados el pasado día 13. Los socialistas vascos ceen que, sea el que sea el nuevo Gobierno navarro, no podrá actuar "de espaldas a un acuerdo de sus órganos soberanos".Si el intento de normalizar las relaciones entre las dos comunidades provocó una tormenta política entre UPN-PP y el resto de las formaciones, la posibilidad de que gobierne UPN es presentada por los nacionalistas como una verdadera "granizada en primavera". El PNV y Eusko Alkartasuna (EA) son conscientes de que la dura tramitación que le espera al documento en el Senado y en el Congreso, donde previsiblemente será aprobado, no va a ser nada comparado con el viaje de vuelta a Navarra.
Todos, incluidos socialistas vascos e IU, intentan mantener la cabeza fría y argumentan que un órgano aprobado por las intituciones, establecido su sistema de funcionamiento en el articulado, la periodicidad de sus reuniones -un mínimo de dos al año-, y definidos sus cometidos, como impulsar proyectos de interés común, no tendría por qué perder sus virtualidades. Sin embargo, ante la evidencia de la hostilidad que ha mostrado la derecha, de Navarra, la hipótesis de que ésta entre en el Gobierno suscita muchas incertidumbres.
Esa sensación también se ha adueñado de la presidencia y vicepresidencia del Gobierno vasco. Sin embargo, ni el lehendakari José Antonio Ardanza ni el segundo de a bordo, Juan José Ibarretxe, quieren exteriorizarlo. Prefieren dejar que "se resuelva la inestabilidad en Navarra sin añadir mas crispación", explican sus asesores.
Para el portavoz de la ejecutiva del PNV, Joseba Egibar, la virtualidad del, acuerdo estriba en "que ha sido respaldado por la mayoría de las sociedades vasca y navarra". Aunque está convencido de que UPN_puede poner muy cuesta arriba la fluidez de sus trabajos, espera que el futuro Gobierno foal sea respetuosa con el órgano de cooperación. "En UPN se quedó la derecha más beligerante tras la escisión de CDN, con lo que pensar en que flexibilice su discurso no es realista. Pero sólo dispone de 17 escaños en un Parlamento de 50", precisó.
El presidente de EA, el navarro Carlos Garaikoetxea, está seriamente preocupado por la posibilidad de que la derecha asuma el poder en su comunidad po la "dureza de sus planteamiento políticos y sociales". En opinión del ex lehendakari, no es difícil adivinar que "colapsaría ese órgano o lo reduciría a algo absolutamente inoperante; de ahí la virtualidad de la coalición tripartita, porque no había otra fórmula alternativa y sigue sin haberIa". El problema, dice Garaikoetxea, es que tiene que haber "una verdadera catarsis" en el seno del PSOE.
El portavoz del PSE-PSOE en el Parlamento vasco, Fernando Buesa, califica de "razonable" que el Partido Socialista de Navarra siga sosteniendo la actual fórmula de Gobierno junto a. CDN y EA. Aunque gobernase Unión del Pueblo Navarro, Buesa está convencido de que no tendría suficiente fuerza, ni parlamentaria ni moral, para cambiar o boicotear el acuerdo de los parlamentos vasco, navarro y del Congreso de los Diputados si se produce.
En IU de Euskadi cunde el desánimo. "Con un Gobierno de la,derecha, el Organo de Cooperación se limitará a ser un instrumento para el futuro, pero con muy poco presente", afirma el coordinador general, Javier Madrazo.
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