A la prensa española:
Hay una parte de la prensa española (no sé si escribirla con mayúscula, P y E) que se derrite cada vez que un compatriota alcanza un éxito en el extranjero, o así parecía al menos hasta hace poco; porque últimamente ha habido varios españoles que han triunfado fuera pero no eran del agrado de esa Prensa (Vázquez Montalbán, Almodóvar, valgan como ejemplos). Yo he visto con alegría cómo, tras grave escisión y debate, sus representantes han demostrado ser menos patrioteros de lo que yo temía, silenciando o escatimando los éxitos de quienes tenían atravesados. Pero no me cabe duda de que esa Prensa ha sufrido lo suyo, dividida entre sus dos tendencias. Ahora podrán descansar y recomponerse la psique: llega el turno de Induráin y con él no hay problemas. Es español, está marcando un hito en el extranjero, es discreto y sobrio hasta el aburrimiento y carece de enemigos. Sólo espero que el previsible ataque de españolitis no acabe siéndoles dañino a esos españoles tan españoles que tampoco podrían vivir sin odiar a algunos de sus conciudadanos.-