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Despacio y con buena letra

El calígrafo Luis Moreno, uno de los artesanos premiados por la Cámara de Comercio madrileña

Luis Moreno Martín cumple 81 años dentro de dos meses, es calígrafo y explica de forma críptica su oficio: "Mi trabajo es hacer lo que no hace nadie". Definición qué también pueden aplicar a sus labores los otros artesanos que ayer fueron premiados por la Cámara de Comercio de Madrid. El calígrafo se llevó la mención especial.Para conceder un diploma se toman en cuenta unos criterios básicos: la continuidad de la tradición familiar, la obra artesana como aportación al patrimonio de Madrid, un mínimo de veinte años de trabajo y que la actividad esté en peligro de desaparición.Luis Moreno los cumple sobradamente. Empezó a trabajar como calígrafo en el año 1935. Y aunque está ya jubilado, le siguen enviando trabajo desde La Zarzuela, los ministerios, el Ayuntamiento... Lo que quiere decir que, aparte de él, no hay nadie. No es de extrañar: en su labor une miniaturismo, heráldica y arte. Para explicarla necesita recurrir a fotografías de sus trabajos.Entre ellos se cuenta la confección de las páginas del libro del Valle de los Caídos (un mamotreto que pesaba 35 kilogramos e incluía los. nombres de los allí enterrados, con textos en su honor). Y el de la Constitución Española de 1978. Respecto a éste, comenta que es su obra más difundida. En el cierre de la emisión de la televisión aparecían la primera y la última página del libro antes de las fotografías de la familia real.

Enseña retratos con un montón de políticos de dos épocas para probar su afirmación, "a mí me conocen hasta las piedras". Y asegura que tiene un saco lleno de condecoraciones. Pero a él no le compensan: "La gente no entiende". Le felicitan por trabajos que él considera fáciles e ignoran los complicados.

Luis Moreno destaca que trabaja sobre un libro ya hecho y encuadernado. No hay posibilidad de arrancar una página. No hay posibilidad de error. A esta dificultad se suma la del material sobre el que dibuja sus trazos: es vitela, "piel de ternera no nata, blanca", explica.

Considera que su última obra, un libro de honor para el Ayuntamiento donde firman los visitantes ilustres de Madrid, fue estropeado por el presidente chino, en visita oficial de esta semana. "Sacó una brocha [una pluma] de unos siete milímetros, y ras, ras". Menos ingrata es su relación con la Casa Real; trabajó para la boda de la infanta Elena. Ahora, el calígrafo acumula trabajo: tiene rota la muñeca por una caída hace una semana. Los oficios de los otros 15 artesanos premiados pasan por la orfebrería, la encuadernación, el repujado de cuero y la forja de hierro.

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