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El presidente de Renfe pospone nombrar como adjunto a un implicado en el escándalo de la compra de terrenos

El presidente de Renfe, Miguel Corsini, pospuso ayer tarde el nombramiento de Alberto Echeverri como director adjunto a la presidencia. En un principio, el nombramiento de Echeverri iba a ser presentado ayer por la tarde al Consejo de Administración de la compañía ferroviaria, pero, unas horas antes de iniciarse la reunión, su nombre se cayó de la lista de los nombramientos de ayer hasta otra ocasión, según fuentes de la empresa.

Echeverri fue el encargado de gestionar desde la presidencia de Equidesa, empresa filial de Renfe, la compra de terrenos en San Sebastián de los Reyes (Madrid) que provocó en 1992 la dimisión de Julián García Valverde como ministro de Sanidad, dado que las compras se realizaron en 1990, siendo Valverde presidente de Renfe. Echeverri dimitió de Equidesa cuando estalló el escándalo y comenzó a trabajar en la Dirección de Relaciones Internacionales a las órdenes de Corsini. Como adjunto al presidente, Echeverri se haría cargo de las áreas de seguridad, relaciones internacionales, asesoría jurídica y comunicación, lo que le convertiría en el hombre de confianza de Corsini.En 1990, Equidesa gastó 1.350 millones en la compra de terrenos en San Sebastián de los Reyes. La operación consistía en que el ayuntamiento de esta localidad recalificase los terrenos, lo que provocaría una subida de precios que dejaría a la compañía ferroviaria unos 5.000 millones de beneficios. Equidesa no compró las arcelas a los propietarios originales, sino que entre éstos y la filial de Renfe se creó un entramado de sociedades que acabaron multiplicando los precios originales de los terrenos en detrimento de Equidesa, que además pagó comisiones millonarias.

El escándalo provocó la creación de una comisión de investigación en el Congreso y la apertura de diligencias judiciales por el juez Miguel Moreiras. Este dictó un auto cerrando el caso al no encontrar indicios de delito. Ante la comisión de investigación, el ponente socialista restó importancia a la responsabilidad de García Valverde y cargó las culpas sobre sus subordinados, Alberto Echeverri, entre otros. Éste explicó que su papel en la operación se había limitado a cumplir las órdenes de sus superiores. No obstante, en su declaración ante el juez Moreiras, Echeverri calificó de brillante la compra de los terrenos: "De haberse llevado a cabo la operación, habría generado importantes disponibilidades económicas para la compañía. De no haber sido por este follón, habría dado un resultado brillante". El presidente de Renfe presentó ayer al consejo la nueva estructura, en la que las direcciones generales se reducen de siete a tres: José Luis Villa, director general de Operaciones; José María Lasala, director general corporativo, y Juan Villaronte, de infraestructura. Además, se incorporan ocho consejeros, que cobran 150.000 pesetas mensuales, entre ellos cuatro altos cargos de Fomento -Joaquín Abril Martorell, Fernando Cascales Moreno, Pablo Mayor Menéndez y Víctor Calvo Sotelo Ibánez- y los presidentes de Seopan, Fernando Bilbao, y de la Asociación de Constructores de Material Ferroviario (Cemafe), Javier Pérez Palencia.

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