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Una familia de indomables

"El chófer del camión se detuvo en la entrada de Casablanca, se apeó y fue a despertar a los autoestopistas que había recogido en la carretera". Con esta frase, el escritor y periodista francés Gilles Perrault inicia en su polémico libro Nuestro amigo el Rey el relato de uno de los capítulos más duros y descarnados del reinado de Hassan II, el que, bajo el título de Las máscaras de hierro, se refiere a la familia de su antiguo ministro de Defensa marroquí y hombre de confianza, el general Mohamed Uffir, muerto de varios balazos en extrañas circunstancias en agosto de 1972, después de un intento frustrado de regicidio.La crónica de Gilles Perrault empieza justo con la huida frustrada de cuatro de sus hijos -abril de 1987- cuando lograron evadirse de su encierro en Marraquech e intentaron llegar a Tánger, en el norte, efectuando quizás el mismo recorrido que ha hecho ahora con éxito su hermana María.

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La huida comenzó a prepararse hace más de un año

Aquella primera intentona de huida fue un fracaso, pero sirvió al menos para que la opinión pública conociera, a través de la radio y la televisión francesa, que todos los miembros de la fa rnilia del general Mohamed Ufkir, habían sido condenados a prisión perpetua, por un supuesto delito de traición cometido por su padre.

Durante más de 18 años la viuda del general Ufkir, sus seis hijos y una fiel prima o tía, han vivido privados de libertad. El encierro se inició el 23 de diciembre de 1972 -cuatro meses y diez días después del suicidio del general- en el palmeral de Akka, a cerca de 1.000 kilómetros al sur de Rabat, custodiados por dos compañías de las fuerzas de seguridad y otras dos de las fuerzas auxiliares.

Éste fue el principio de una larga peripecia que les ha llevado de calabozo en calabozo, desde Uarzazat, hasta Bir Yid, cerca de Casablanca, para pasar después a Marraquech y acabar en Rabat.

Entrevista con Chirac Oficialmente, la familia Ufkir iba a ser liberada en marzo de 1992, dentro de un paquete de medidas de gracia para otros 2.268 reclusos otorgadas por el rey Hassan II con ocasión del 30º aniversario de su llegada al trono.

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La liberación de los Ufkir no fue nunca completa, por lo que sus abogados en París iniciaron una cadena de movilizaciones, que culminó el pasado mes de mayo, cuando el rey Hassan II visitó la capital francesa y se entrevistó con su amigo el presidente Jacques Chirac.

El tema de los Ufkir había sido también tratado con anterioridad, esta vez públicamente, en una larga entrevista que el rey Hassan II concedió al diario Le Figaro en víspera de su viaje a Francia. En esta entrevista, el monarca marroquí eludió pronunciarse sobre la eventual puesta en libertad de la familia de su antiguo y leal servidor, pero con una frase ambigua que podría indicar una intención de ser clemente aludió también a la bondad de su corazón.

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