"Madrid necesita renovar su público de música clásica"
Iba para ingeniero pero pronto descubrió que lo suyo no eran las obras públicas, sino la música. Felix Palomero, leonés, de 33 años, ha desembarcado como recién nombrado gerente de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid después de seis temporadas ejerciendo de coordinador general de la Orquesta y Coro Nacionales de España. Su tarea consiste en facilitar los medios para que profesores y cantantes den lo mejor de sí mismos. Algo que, por ahora, le ilusiona. "Se trata de una orquesta y un coro con profesionales muy jóvenes (treintañeros), con muchas ganas de trabajar y gran flexibilidad artística". Su afición musical carece de raíces familiares pero se manifestó pronto. "Recuerdo en el año 80 cuando llegué a Madrid formaba parte de un aula de música en el colegio mayor Chaminade, donde vivía". Allí organizaban conciertos en la capilla. "Y teníamos una auténtica lucha contra la tele para impedir que nos arrebatara el público". Esa pelea contra, las fuerzas malignas que diezman el auditorio de las orquestas se la vuelve a encontrar en su vida profesional. "Madrid necesita renovar su público de música clásica, atraer a la gente joven a los conciertos".Pregunta. ¿Y qué gancho van a utilizar para seducir a los jóvenes?.
Respuesta. No es que vayamos a inventar nada porque desde hace años el departamento de renovación pedagógica de la consejería de Educación y Cultura de la Comunidad realiza experiencias como llevar a alumnos de colegios e institutos a los ensayos de la Orquesta Nacional o de Radiotelevisión. Se trata de aumentar esfuerzos en esa dirección, de involucrarnos en proyectos educativos, y no descuidar lo audiovisual porque está muy ligado a la cultura de las generaciones jóvenes.
P. ¿Hay experiencias de ese tipo en otras comunidades?
R. Sí, Por ejemplo, en Las Palmas de Gran Canaria, donde se organizan conciertos con programas específicos para jóvenes.
P. Y como gerente ¿cuál es el balance de la Orquesta y Coro de Madrid?.
R. Yo creo que sus resultados artísticos se ajustan de una forma muy razonable a sus presupuestos (296 millones de pesetas para 1996).
P. Saldrá mucho a escuchar música.
R. Cada año acudo a cerca de un centenar de conciertos por mi profesión. Pero apenas voy a oír pop, rock o jazz.
P. ¿Qué le parece esa explosión de conciertos de todo tipo en la ciudad?.
R. Indican que el público huye del encasillamiento al que se le quiere someter y va cada vez más a manifestaciones artísticas singulares de música étnica, new age o contemporánea. El rock de laboratorio llena galas pero, al final, el público sabe lo que quiere.
