Karadzic deja la presidencia de los serbios de Bosnia, pero conservará el poder real
Radovan Karadzic, presidente de la República Srpska (RS) -una de las dos entidades que componen Bosnia-Herzegovina-, líder del Partido Democrático Serbio (SDS) y criminal de guerra según el Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPI), ha decidido retirarse. Las fortísimas presiones de Estados Unidos sobre el presidente serbio, Slobodan Milosevic, y las de éste sobre los dirigentes serbobosnios han surtido, al parecer, efecto.Karadzic anunciará probablemente su dimisión como presidente esta misma semana, en una sesión que el Parlamento serbobosnio celebrará a partir del miércoles. Su sustituto en el cargo será con casi toda seguridad el actual ministro de Asuntos Exteriores de la República Srpska, Aleksa Buha, considerado un hombre de paja de Karadzic. Buha, un duro, defensor a ultranza de la política de limpieza étnica, tiene una ventaja sobre otras opciones: es poco conocido en Occidente.
El líder de los serbobosnios también ha aceptado, según fuentes oficiales que cita el confidencial VIP de Belgrado, ceder en su empeño de encabezar las listas de su partido en las próximas elecciones, que según los acuerdos de paz de Dayton deben celebrarse a mediados de septiembre. Estos mismos acuerdos establecen que nadie incriminado por La Haya puede ser candidato. Y Karadzic ocupa el primer puesto en la lista de presuntos criminales de guerra. Será entonces Buha el candidato del SDS a la presidencia de la RS, pero Karadzic conservará el liderazgo político y el poder.
Esta es la clave. Fuentes diplomáticas occidentales en Sarajevo aseguran que "sólo si Karadzic es entregado al tribunal de La Haya junto a otros [como el general Ratko Mladic] se podrá empezar a pensar en otras políticas". En su intervención ante el Parlamento de la RS, Karadzic expondrá las razones que le han conducido a presentar su dimisión: aceptar las sugerencias de Milosevic y salvar a los serbios de Serbia y de Bosnia de eventuales castigos occidentales. "Así se podrá mantener como un héroe para los suyos", dice la fuente diplomática que cita Reuter.
Diferentes opciones
El hombre que ha llevado el peso de las negociaciones con las fuerzas de la OTAN desplegadas en Bosnia-Herzegovina tras la firma de los acuerdos de Dayton, el presidente del Parlamento de la RS, Momcilo Krajsnik, otro hombre fiel a Karadzic, ha quedado, pues, desplazado. A diferencia de Buha, Krajsnik es un político con mucho peso en el bando serbobosnio y que, por tanto, podría resultar demasiado independiente y de manejo complicado desde los bastidores entre los que desea moverse Karadzic. No sería un hombre de paja.
La elección de Buha es además un triunfo de los dirigentes de Pale (localidad situada a 16 kilómetros de Sarajevo), los que más beneficio han sacado de la guerra y del cerco a la capital.
Frente a esos hombres de Pale ha surgido en los últimos meses, sobre todo tras las desastrosas derrotas serbias en la Krajina, frente a Croacia, y en el centro de Bosnia en el verano de 1995, una contestación. El alcalde de Banja Luka, Pedrag Radic, es el principal exponente. Radic apoya sin reservas los acuerdos de paz de Dayton y es un crítico de la guerra. Representa la mejor opción para los planes de paz y reconstrucción occidentales.
Por otra parte, el presidente en ejercicio de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y ministro suizo de Exteriores, Flavio Cotti, está de visita en Bosnia-Herzegovina para evaluar la situación política y militar. Cotti es quien debe decidir la fecha de las elecciones. El Gobierno de Sarajevo se comprometió ayer a aceptar su decisión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.