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La larga y olorosa marcha de La China

Es el quebradero de cabeza -y más aún de nariz- de cientos de madrileños. La depuradora de La China, junto al nudo supersur de la M-40, es la más antigua de España. Se instaló en los años treinta en un baldío ribereño del Manzanares. Ahora ha ganado la. vecindad del barrio de San Fermín (Usera) y de numerosos edificios de Villaverde.Las protestas ciudadanas por el hedor que envía la planta son moneda corriente. "Cuando era concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre [actual ministra de Educación] nos juró que iba a solucionar el problema, pero no ha mejorado nada. Los olores siguen siendo vomitivos", asegura Juan Manuel López, portavoz de la Asamblea Cívica de Villaverde. Él, como otros vecinos, vive pendiente del viento. De la dirección que tome el aire dependerá que llegue el tufo. El calor es un enemigo. "Ya ha empezado la temporada olfativa", ironiza.

En la Concejalía de Medio Ambiente se aprestan a neutralizar el ataque. Se han gastado 76 millones de pesetas en mejorar las vetustas instalaciones. Gracias a eso se han reducido los ruidos, aseguran. En cuanto a los olores, se han cubierto algunas de las áreas -no todas- que producen mayor fetidez.

Para los vecinos, la solución es el traslado o el cubrimiento total. El primero es inviable, según los responsables municipales: no hay espacio en el término de Madrid. Para la cobertura integral faltan recursos económicos. Mientras, en La China, parte de los fangos flotan al aire libre.La esperanza puede estar en el segundo plan de saneamiento, aún en fase técnica. Prevé dedicar 878 millones de pesetas a adecuar las instalaciones de la depuradora y a mejorar las condiciones medioambientales, aunque la planta no quedará totalmente cubierta. Previsiblemente, los cientos de gallinas que campan por sus respetos en la estación de tratamiento seguirán haciéndolo.

El principal enemigo de las depuradoras -incluida La China- son los vertidos tóxicos: destruyen la flora bacteriana, cuya misión es eliminar los residuos orgánicos en las estaciones de tratamiento. "Son menos frecuentes, pero sigue habiéndolos", asegura el técnico municipal José Antonio de las Heras. A mediados de mayo se registró una emisión peligrosa: decenas de litros de queroseno llegaron por el alcantarillado a la depuradora de Rejas. El Ayuntamiento investiga la procedencia, ya que esta emisión es sancionable.

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