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Lo nunca visto

El museo de la ONCE incorpora una maqueta de la Puerta de Alcalá

Las personas ciegas ya pueden hacerse una idea de lo que es la Puerta de Alcalá: pueden descubrirla con las manos en el Museo Tiflológico de la ONCE. La tiflología (del griego typhlós, ciego) es la parte de la medicina que estudia la ceguera y sus paliativos.El pasado miércoles, en presencia del alcalde, José María Álvarez del Manzano; del presidente del Senado, José Ignacio Barrero, y de directivos de la ONCE, entre ellos su director general, Enrique Servando, el museo incorporó la maqueta del monumento a su colección. Andrés León, el artista, es minusválido y va en silla de ruedas. Así que "una persona con incapacidad motriz pone sus ojos para que los ciegos puedan tocar lo que no pueden ver", como subraya Miguel Moreno Torbellino, director del Centro Bibliográfico y Cultural y coordinador del Museo Tiflológico.

Después de las máquetas de Cibeles y del Escorial, la de la Puerta de Alcalá es la tercera pieza en el "rinconcito de Madrid''. Su colocación en el museo respeta la natural: también aquí está mirando hacia Cibeles. La escala es 1:50. Para imitar la textura original, el artista utilizó poliéster y una pintura especial. Tampoco se han olvidado de los jardines alrededor del monumento, hechos con urdimbre de lino y tramos de lana. El artista tardó nueve meses en terminar la reproducción, que costó dos millones de pesetas.

El Tiflológico abrió sus puertas en 1992, y sigue siendo el único museo en el mundo de este tipo. 31 reproducciones de monumentos importantes nacionales e internacionales, ofrecen a los ciegos la posibilidad de acceder a éstos, viéndolos por las manos, formándose una idea a través del tacto. Y ahí está la diferencia fundamental entre éste y otros museos. Donde normalmente se ruega "No tocar", aquí el vistante está explicitamente invitado a ello. El museo se entiende como un lugar para "ver y tocar" y propone "un recorrido tactil a través de los edificios del Patrimonio cultural de la humanidad.

La mayoría de los 8.000-9.000 visitantes anuales no son ciegos. Ellos tienen la oportunidad de descubrir un sentido normalmente descuidado y compartir de forma, solidaria la experiencia cotidiana de los ciegos. "Nosotros, en este museo, profesamos culto al sentido del tacto", explica el director. Suelen ir asociaciones culturales y muchos colegios. El Museo Tiflológico se financia a través de los recursos económicos que otorga la venta de cupones. "Queremos ser un lugar de integración y hacer todo lo posible para que desaparezcan las barreras entre el mundo de los ciegos y el mundo de los videntes", dice Miguel Moreno Torbellino.

Museo Tiflológico, sede en el Centro Bibliográfico y Cultural. La Coruña, 18, 3º Metro Estrecho. Entrada gratuita.

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